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Última actualización: 15/06/16
El foro está basado en la Saga de libros "The Maze Runner". Los personajes cannon son propiedad de James Dashner. La trama está basada en la saga de los libros pero adaptada especialmente a este foro.
Las imágenes se encuentran editadas por los administradores del foro y pertenecen a las escenas de la película "The Maze Runner" o personajes Pb en uso. No copiar sin permiso.
Tambien queremos agradecer a Savage Themes y Capitain Knows Best por los códigos que aquí se utilizan, al igual que a We heart it por proporcionando algunas de las imagenes que aqui se utilizan
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Halloween Glade Mixto
4 participantes
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Halloween Glade Mixto
Recuerdo del primer mensaje :
Era latoso, pero alguien tendría que hacerlo. Cruzó un par de palabras más con los representantes de los diminutos grupos y asintió. Eso fue lo último que supo de ellos cuando se dividieron para adentrarse al laberinto y encontrarse en el Glade Mixto.
Se detuvo justo a la entrada y extendió el brazo para que los que venían tras de él le imitaran.
Si entraban en cantidades grandes y llegaban a toparse con algún Griever, sólo iban a ser carnada fresca. Dividirse y escurrirse por el Maze de forma silenciosa era la mejor opción.
Creó un gesto con la cabeza a Thomas para que éste se estuviera en guardia y fuera a revisar al lado contrario de donde él. Desde un principio no había dudado en sacar el cuchillo con el que siempre cargaba.
Todo había cambiado desde la última vez que estuvo ahí. Ya no era como el otro, ahora todo estaba sumergido por una niebla que apenas dejaba ver más allá del largo del brazo, y esos sonidos... Aunque admitía que prefería esos alaridos de espanto a los gemidos agonizantes de los Grievers.
—¡¡AAhhhhhh!!
—¡¡GYAAAA!!
Llanto.
—¡¡AAHHHHH!!
Y venía ese otro murmullo de alguien que parecía rezar y golpearse al mismo tiempo. Entonces... nuevamente comenzaban los gritos y los llantos viniendo de todos los lugares y creando ecos entre las esquinas de lo que restaba cercano al laberinto.
Relámpagos y viento heladamente húmedo que se te pegaba a la piel y comenzaba a entumirte lentamente como si..., en el aire, existiera algo más. Además... ¡apestaba! Le recordaba a una vez que encontró el cadáver de un runner allá en el Maze, pudriéndose.
Inmediatamente negó despejando el recuerdo, había sido demasiado duro.
Siguió caminando con cuidado y medio tropezó con un montículo de tierra, al acercarse mejor y agacharse, cayó en cuenta que era un bulto recién instalado y ahí, a la cabeza, llevaba una lápida con...
Apretó la mandíbula y los puños al mismo tiempo, sintiendo una revoltura en el estómago que no sabía identificar. Molestia, odio, nauseas, tristeza, desesperación. En ese pedazo de roca mal labrado rezaba el nombre de uno de los primeros runners en fallecer.
Fue un golpe duro que le hizo retroceder un paso, desencajándolo, haciendo olvidarse por un momento de la situación, hasta que topó con algo. Inmediatamente giró preparado para lo peor, pero detuvo su ataque al ver que era un palo grande y grueso.
—¿Ahora qué? —pensó.
Acercándose, cayó en cuenta que se trataba de un bastón enorme que en la parte de arriba colgaba un espeluznante espantapájaros. Éste, con los brazos estirado y amarrados a lo ancho, caía con peso muerto hacia adelante, observándole de manera fija y con la boca cocida como si estuviera burlándose. Y algo en su mente, no sabía qué, le dijo que probablemente así estaba siendo.
—Me va a dar un infarto —murmuró de mala gana regresando donde los otros. Había un tutifruti de varias cosas espantosas, pensaba que lo menos macabro eran los árboles secos, pero esos incluso asemejaban extensiones de brazos deformes saliendo de entre la tierra con la intención de en cualquier momento atraparlos y enterrarlos en una de esas tantas tumbas que se apilaban entre ellos.
Se rascó la nuca sintiendo un poderoso escalofrío que le estremeció hasta la columna. Otro chillido, uno que parecía como el de algún psicótico, había rasgado el ambiente.
Respiró con molestia y giró a los otros mientras guardaba su cuchillo de regreso a la espalda. —Potente voz, ¿no? —medio rió divertido, aunque no le daba nada de gracia la situación.
Alarido.
Inevitablemente apretó los ojos cuando el sonido le taladró de tímpano a tímpano y fue inevitable taparse las orejas soltando una ronca queja en protesta.
—Éste klunk lugar es una maldita trampa —cruzó miradas con Thomas y sacó de entre su bolsa el papel arrugado dejado por los Creadores, después volvió a guardarlo y llevando ambas manos a la cadera, observó alrededor en silencio, apenas y se daba cuenta que respiraba—. A la mierda, será mejor que encontremos las malditas curas y nos larguemos de regreso —Ajusto bien su mochila y les dio la espalda—. Hemos quedado con los otros shanks en la puerta sur, vamos.
Y lento comenzaron a adentrarse mientras el keeper les resumía lo que había visto y daba instrucciones de no tocar y correr como reverendos slinthead. —... Porque los alcanzo y pateo yo mismo, ¿entienden? —Y aclaraba que sí había que correr para ganarse tiempo y pensar, pero no hacia cualquier lado que pudiera dejarles en peor situación.
Era latoso, pero alguien tendría que hacerlo. Cruzó un par de palabras más con los representantes de los diminutos grupos y asintió. Eso fue lo último que supo de ellos cuando se dividieron para adentrarse al laberinto y encontrarse en el Glade Mixto.
Se detuvo justo a la entrada y extendió el brazo para que los que venían tras de él le imitaran.
Si entraban en cantidades grandes y llegaban a toparse con algún Griever, sólo iban a ser carnada fresca. Dividirse y escurrirse por el Maze de forma silenciosa era la mejor opción.
Creó un gesto con la cabeza a Thomas para que éste se estuviera en guardia y fuera a revisar al lado contrario de donde él. Desde un principio no había dudado en sacar el cuchillo con el que siempre cargaba.
Todo había cambiado desde la última vez que estuvo ahí. Ya no era como el otro, ahora todo estaba sumergido por una niebla que apenas dejaba ver más allá del largo del brazo, y esos sonidos... Aunque admitía que prefería esos alaridos de espanto a los gemidos agonizantes de los Grievers.
—¡¡AAhhhhhh!!
—¡¡GYAAAA!!
Llanto.
—¡¡AAHHHHH!!
Y venía ese otro murmullo de alguien que parecía rezar y golpearse al mismo tiempo. Entonces... nuevamente comenzaban los gritos y los llantos viniendo de todos los lugares y creando ecos entre las esquinas de lo que restaba cercano al laberinto.
Relámpagos y viento heladamente húmedo que se te pegaba a la piel y comenzaba a entumirte lentamente como si..., en el aire, existiera algo más. Además... ¡apestaba! Le recordaba a una vez que encontró el cadáver de un runner allá en el Maze, pudriéndose.
Inmediatamente negó despejando el recuerdo, había sido demasiado duro.
Siguió caminando con cuidado y medio tropezó con un montículo de tierra, al acercarse mejor y agacharse, cayó en cuenta que era un bulto recién instalado y ahí, a la cabeza, llevaba una lápida con...
Apretó la mandíbula y los puños al mismo tiempo, sintiendo una revoltura en el estómago que no sabía identificar. Molestia, odio, nauseas, tristeza, desesperación. En ese pedazo de roca mal labrado rezaba el nombre de uno de los primeros runners en fallecer.
Fue un golpe duro que le hizo retroceder un paso, desencajándolo, haciendo olvidarse por un momento de la situación, hasta que topó con algo. Inmediatamente giró preparado para lo peor, pero detuvo su ataque al ver que era un palo grande y grueso.
—¿Ahora qué? —pensó.
Acercándose, cayó en cuenta que se trataba de un bastón enorme que en la parte de arriba colgaba un espeluznante espantapájaros. Éste, con los brazos estirado y amarrados a lo ancho, caía con peso muerto hacia adelante, observándole de manera fija y con la boca cocida como si estuviera burlándose. Y algo en su mente, no sabía qué, le dijo que probablemente así estaba siendo.
—Me va a dar un infarto —murmuró de mala gana regresando donde los otros. Había un tutifruti de varias cosas espantosas, pensaba que lo menos macabro eran los árboles secos, pero esos incluso asemejaban extensiones de brazos deformes saliendo de entre la tierra con la intención de en cualquier momento atraparlos y enterrarlos en una de esas tantas tumbas que se apilaban entre ellos.
Se rascó la nuca sintiendo un poderoso escalofrío que le estremeció hasta la columna. Otro chillido, uno que parecía como el de algún psicótico, había rasgado el ambiente.
Respiró con molestia y giró a los otros mientras guardaba su cuchillo de regreso a la espalda. —Potente voz, ¿no? —medio rió divertido, aunque no le daba nada de gracia la situación.
Alarido.
Inevitablemente apretó los ojos cuando el sonido le taladró de tímpano a tímpano y fue inevitable taparse las orejas soltando una ronca queja en protesta.
—Éste klunk lugar es una maldita trampa —cruzó miradas con Thomas y sacó de entre su bolsa el papel arrugado dejado por los Creadores, después volvió a guardarlo y llevando ambas manos a la cadera, observó alrededor en silencio, apenas y se daba cuenta que respiraba—. A la mierda, será mejor que encontremos las malditas curas y nos larguemos de regreso —Ajusto bien su mochila y les dio la espalda—. Hemos quedado con los otros shanks en la puerta sur, vamos.
Y lento comenzaron a adentrarse mientras el keeper les resumía lo que había visto y daba instrucciones de no tocar y correr como reverendos slinthead. —... Porque los alcanzo y pateo yo mismo, ¿entienden? —Y aclaraba que sí había que correr para ganarse tiempo y pensar, pero no hacia cualquier lado que pudiera dejarles en peor situación.
Minho- Keepers
Re: Halloween Glade Mixto
El miembro 'Minho' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Halloween_Ahora que' :
'Halloween_Ahora que' :
Re: Halloween Glade Mixto
Han alterado la pasividad en el Glade y por ello deben pagar.
Cada jugador, antes de subir su post, tirará dado "Halloween Especial" para saber si será perseguido por un No vivo y que tampoco es humano. Si te sale que Sí, agregarás en tu post cómo es que aparece y comienza a perseguirte ¡tendrás que estar en constante movimiento!
Desdichado, si te persigue tienes seis rondas para que te muerda y que pases por el cambio.
¡Así que corran! ¡A CORRERRRRR!
Nota: Rachel, continúas. Recuerda tirar dado "Halloween Especial" antes de tu post. En esta ronda no te tocan otros dados, hasta la siguiente vuelta.
Cada jugador, antes de subir su post, tirará dado "Halloween Especial" para saber si será perseguido por un No vivo y que tampoco es humano. Si te sale que Sí, agregarás en tu post cómo es que aparece y comienza a perseguirte ¡tendrás que estar en constante movimiento!
Desdichado, si te persigue tienes seis rondas para que te muerda y que pases por el cambio.
¡Así que corran! ¡A CORRERRRRR!
Nota: Rachel, continúas. Recuerda tirar dado "Halloween Especial" antes de tu post. En esta ronda no te tocan otros dados, hasta la siguiente vuelta.
Re: Halloween Glade Mixto
Disculpen mi ausencia sin aviso~
Estuve varios días sin acercarme a la computadora porque no estaba en mi casa.
Estuve varios días sin acercarme a la computadora porque no estaba en mi casa.
Rachel*- Runners
Re: Halloween Glade Mixto
El miembro 'Rachel' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Halloween_especial' :
'Halloween_especial' :
Re: Halloween Glade Mixto
Observó a su alrededor, no era la única que estaba atrapada en la tierra movediza. Más muchachos de su misma edad habían caído en la trampa y sus compañeros trataban de sacarlos. Su anterior "atacante" no tardo en ayudarlos, demostrando una actitud de preocupación por ellos, y fue seguido por otro chico que estaba con él. Vio como amarraba una soga a una rama y se la pasaba a ella y a los atrapados. Extraño que quisiera ayudar a la que antes había amenazado con un cuchillo, pero no desconfió de su situación, al fin y al cabo necesitaba de una mano amiga. Algunos ya habían sido tapados hasta los hombros por intentar escapar, empeorando la situación, y el asiático no tardo en exasperarse. Les dio indicaciones de como mantenerlos con la cabeza alta sin que se ahoguen, parecía ser el jefe o el líder de la expedición, aunque aquello ya entraba a darle tensión o nervios, y estaba bien, lo entendía, sus compañeros habían caído y parecía que no se moverían por un largo tiempo.
Algo rozó su pierna y eso la sorprendió. ¿Cómo...era posible? De seguro había sido un pedazo de roca o un gran bloque consistente de arena, pero aquello volvió a rozarle, esta vez en la otra pierna, raspándole. No sabía lo que era, pero no podía quedarse atrapada y en peligro mientras alrededor suyo se movilizaban, los de afuera hablaban serios y dubitativos, buscaban una solución, hablaban del glade y de hacerse con la cura. ¿Acaso venían a ayudarlas o a dejarlas sin ella? Hasta ese momento, desde que había despertado en aquella caja metálica fría y oscura que se elevaba, no había visto nunca un hombre, solo mujeres. Y ahora se le aparecía un grupo de ellos, dejando la duda de la existencia de un claro igual que el de ellas pero compuesto por el sexo opuesto.
El asiático se le acercó y se acuclilló frente a ella, mientras la observaba Ella también lo miró, estudiando sus fracciones, tratando de indagar sus pensamientos. Él abrió la boca, formulando dos preguntas. ¿Quién era? Pues.. ella solo sabía que era Rachel, eso era lo único que le habían dejado recordar. Pero antes de que pudiera responderle, gritos, alaridos, dolores le penetraron el oído hasta su cerebro, molestia que le interrumpió los pensamientos y la devolvieron a la arena, sin poder taparse los oídos, ya que si soltaba la cuerda volvería a hundirse lentamente. Cerró los ojos, ahora volvían a resonar los escalofríos, inquietándoles, asustándoles. Un chico atrapado en la arena forcejeó con la cuerda queriendo salir, pero solo logró que otro muchacho se acercara desde afuera y le dijera algo que Rachel no pudo escuchar, mientras el ingenuo dejaba de tirar. Quien sabía cuando les atacaría un Griever o algo peor, si los creadores eran capaces de meterlos en ese infierno quien sabe las sorpresas que todavía les acecharían cerca de la caja.
Y devuelta los gritos, los aullidos, que le impidieron escuchar lo que él dijo a continuación. Sobre el ambiente espeluznante tronó el sonido familiar de las criaturas, ese que escuchaba cercano y lejano por los pasillos del Laberinto con impotencia y desesperación, ese que la inquietaba y la sobresaltaba cuando corría por su vida. El asiático también había reconocido el sonido, giró sobre su eje para prestar atención a éste, acelerando sus nervios. El muchacho anterior se paró al lado del asiático y levantó la voz, ofreciéndose para ir solo hacía la caja, pero éste lo calló antes de que terminara.
Y ahora el silencio reinaba, ya no más alaridos ni sonidos familiares, solo la tranquilidad escalofriante del Glade. La voz del líder masculino le respondió al que había callado, eligiendo separarse. Rachel suspiró, no era buena idea, pero sabía que no tomarían en cuenta su opinión ya que no pertenecía a ese grupo. Le habló a los demás, dando las indicaciones, los siguientes pasos a seguir. Se separarían: un chico que intentaba protegerse una herida iría por la derecha con el otro, que ahora resultaba ser un med-jack; un rubio petiso se quedaría con los atrapados; él iría solo por la izquierda y rodearían la caja, intentando acercarse. Cuando terminó de hablar, él la miró, y le dijo que despejaría sus dudas en otra "cita".
Claro que Rachel no iba a quedarse atrapada en la arena mientras los otros corrían en busca de la cura. Con la fuerza que tenía tiró de la cuerda, avanzando. Uno. Dos. Tres pasos y ya estaba afuera de la arena, ahora en tierra firme. - Aguarda - le resopló al asiático. Estaba cansada y se sentó en el piso, mientras se acomodaba su arco y sus flechas en la espalda. Su cuerpo ahora estaba un poco embarrado y sucio. - Yo iré contigo, es peligroso que vayas solo. Y tu.. - dirigiéndose al med-jack. - Ayudalo a ponerse la venda, así no podrá ir muy lejos. - dijo, refiriéndose al compañero de éste. Se paró, ya preparada, y caminó hacía el asiático. - No tiene sentido que busquemos por separado, al final los dos queremos lo mismo, la cura. Unamos fuerzas, todo será más fácil y rápido en equipo, ¿O te gusta atacar a las mujeres por la espalda? ¿Acaso nos tienes miedo? - le preguntó. Y cara a cara, estiró su mano - Mi nombre es Rachel.
Algo rozó su pierna y eso la sorprendió. ¿Cómo...era posible? De seguro había sido un pedazo de roca o un gran bloque consistente de arena, pero aquello volvió a rozarle, esta vez en la otra pierna, raspándole. No sabía lo que era, pero no podía quedarse atrapada y en peligro mientras alrededor suyo se movilizaban, los de afuera hablaban serios y dubitativos, buscaban una solución, hablaban del glade y de hacerse con la cura. ¿Acaso venían a ayudarlas o a dejarlas sin ella? Hasta ese momento, desde que había despertado en aquella caja metálica fría y oscura que se elevaba, no había visto nunca un hombre, solo mujeres. Y ahora se le aparecía un grupo de ellos, dejando la duda de la existencia de un claro igual que el de ellas pero compuesto por el sexo opuesto.
El asiático se le acercó y se acuclilló frente a ella, mientras la observaba Ella también lo miró, estudiando sus fracciones, tratando de indagar sus pensamientos. Él abrió la boca, formulando dos preguntas. ¿Quién era? Pues.. ella solo sabía que era Rachel, eso era lo único que le habían dejado recordar. Pero antes de que pudiera responderle, gritos, alaridos, dolores le penetraron el oído hasta su cerebro, molestia que le interrumpió los pensamientos y la devolvieron a la arena, sin poder taparse los oídos, ya que si soltaba la cuerda volvería a hundirse lentamente. Cerró los ojos, ahora volvían a resonar los escalofríos, inquietándoles, asustándoles. Un chico atrapado en la arena forcejeó con la cuerda queriendo salir, pero solo logró que otro muchacho se acercara desde afuera y le dijera algo que Rachel no pudo escuchar, mientras el ingenuo dejaba de tirar. Quien sabía cuando les atacaría un Griever o algo peor, si los creadores eran capaces de meterlos en ese infierno quien sabe las sorpresas que todavía les acecharían cerca de la caja.
Y devuelta los gritos, los aullidos, que le impidieron escuchar lo que él dijo a continuación. Sobre el ambiente espeluznante tronó el sonido familiar de las criaturas, ese que escuchaba cercano y lejano por los pasillos del Laberinto con impotencia y desesperación, ese que la inquietaba y la sobresaltaba cuando corría por su vida. El asiático también había reconocido el sonido, giró sobre su eje para prestar atención a éste, acelerando sus nervios. El muchacho anterior se paró al lado del asiático y levantó la voz, ofreciéndose para ir solo hacía la caja, pero éste lo calló antes de que terminara.
Y ahora el silencio reinaba, ya no más alaridos ni sonidos familiares, solo la tranquilidad escalofriante del Glade. La voz del líder masculino le respondió al que había callado, eligiendo separarse. Rachel suspiró, no era buena idea, pero sabía que no tomarían en cuenta su opinión ya que no pertenecía a ese grupo. Le habló a los demás, dando las indicaciones, los siguientes pasos a seguir. Se separarían: un chico que intentaba protegerse una herida iría por la derecha con el otro, que ahora resultaba ser un med-jack; un rubio petiso se quedaría con los atrapados; él iría solo por la izquierda y rodearían la caja, intentando acercarse. Cuando terminó de hablar, él la miró, y le dijo que despejaría sus dudas en otra "cita".
Claro que Rachel no iba a quedarse atrapada en la arena mientras los otros corrían en busca de la cura. Con la fuerza que tenía tiró de la cuerda, avanzando. Uno. Dos. Tres pasos y ya estaba afuera de la arena, ahora en tierra firme. - Aguarda - le resopló al asiático. Estaba cansada y se sentó en el piso, mientras se acomodaba su arco y sus flechas en la espalda. Su cuerpo ahora estaba un poco embarrado y sucio. - Yo iré contigo, es peligroso que vayas solo. Y tu.. - dirigiéndose al med-jack. - Ayudalo a ponerse la venda, así no podrá ir muy lejos. - dijo, refiriéndose al compañero de éste. Se paró, ya preparada, y caminó hacía el asiático. - No tiene sentido que busquemos por separado, al final los dos queremos lo mismo, la cura. Unamos fuerzas, todo será más fácil y rápido en equipo, ¿O te gusta atacar a las mujeres por la espalda? ¿Acaso nos tienes miedo? - le preguntó. Y cara a cara, estiró su mano - Mi nombre es Rachel.
Rachel*- Runners
Re: Halloween Glade Mixto
Dado, dado, dadito... dime si seré perseguidito...
Última edición por Minho el Jue Ene 15, 2015 12:02 pm, editado 1 vez
Minho- Keepers
Re: Halloween Glade Mixto
El miembro 'Minho' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Halloween_especial' :
'Halloween_especial' :
Re: Halloween Glade Mixto
Puso los ojos en blanco con aquella perorata. Sólo faltaba eso, una mujer dando ordenes y siendo histérica.
—Demasiado miedo —rodó los ojos y miró su mano unos segundos antes de estrecharla—Minho —no estaba para formalismos—. Y déjalo hacer su trabajo, el shank sabe lo que hace —señaló al runner con la herida; luego chascó la lengua con mal humor mientras se giraba de lleno al med-jack, él parecía tener una cara de sentimientos encontrados. Sólo le faltaba eso—. Irás con él, si ocurre algo sólo salgan al Maze, él te guiará de regreso, ¿entendido? —vio como el pelirrojo asintió sin pensarlo dos veces, aunque el keeper regresó su atención con el otro—. Nada de héroes, ¿entiendes shuck-face? Sólo haz lo que viniste a hacer.
Ruidos se escucharon a la lejanía, parecían ser... ¿arrastres? ¿gemidos? Y entre esos sonidos volvió aquel tan familiar que le escamó hasta la médula. Aguzó tratando de concentrarse, pero nuevamente nada.
Repentinamente se había colocado ansioso.
—Supongo que no podré deshacerme de ti —No le agradaba la idea, pero sin duda era mejor que dejarla machar; tenía preguntas. Quizás era obvio que ambos buscaban la Cura, pero ellos no habían dicho nada al respecto y quizás ella era un espía. Lo que fuera, no le daba confianza y necesitaba vigilarla, porque hasta donde él recordaba, no existía otro Glade.
Los ruidos se intensificaron y sin pensarlo dos veces éste jaló a la fémina tapándole la boca para que no gritara, ambos agachándose tras un árbol; en el momento también había hecho una seña a los demás para que hicieran lo mismo.
Silencio... Silencio...
Frente a ellos pasaron unas cosas... ¿cosas? No podía describirlos. Parecían... un algo, porque definitivamente no eran humanos pero tampoco animales y...
Minho se giró apretando los ojos y queriendo vomitar.
¡Apestaban a podrido!
Estuvieron ahí en silencio, casi sin respirar mientras esas cosas los pasaban de largo. Les siguieron hasta perderse y con algo de estupefacción observaron cómo éstas escarbaban como si fueran perros, pero usando las cuatro patas y luego se enterraban en fosas donde estaban las lápidas.
Un repentino pensamiento le asaltó e hizo que el estómago se le volteara al pensar que aquellos podrían ser sus antiguos compañeros. La idea sola le hizo enfurecer.
—Mierda... —susurró bajo, sudaba y tenía alterado el corazón—, no había visto cosas tan feas como un griever —aunque aquel ser fanático de perseguirlos seguía ganándose el premio. Se levantó por fin y dedicó dos segundos de su atención hacia las arenas, los que se encontraban atrapados estaban como fantasmas, él sólo se aseguro que seguían vivos y que no habían muerto como shanks cobardes—. Brandon, estás a cargo.
Ruidos, arañazos, gritos. Minho entendió que la música de fondo seguía tal cual tortuoso recital de ballet, ¡y a él no le gustaban esas cosas de mierda!
—Andando —se dio media vuelta y comenzó a andar por su lado, no iba a seguir perdiendo el tiempo ya que, la situación no estaba bien con ellos, pero no tenían ni idea de cómo se encontrarían en el Glade.
Apretó el puño izquierdo con fuerza. Tenían que apresurarse.
—Demasiado miedo —rodó los ojos y miró su mano unos segundos antes de estrecharla—Minho —no estaba para formalismos—. Y déjalo hacer su trabajo, el shank sabe lo que hace —señaló al runner con la herida; luego chascó la lengua con mal humor mientras se giraba de lleno al med-jack, él parecía tener una cara de sentimientos encontrados. Sólo le faltaba eso—. Irás con él, si ocurre algo sólo salgan al Maze, él te guiará de regreso, ¿entendido? —vio como el pelirrojo asintió sin pensarlo dos veces, aunque el keeper regresó su atención con el otro—. Nada de héroes, ¿entiendes shuck-face? Sólo haz lo que viniste a hacer.
Ruidos se escucharon a la lejanía, parecían ser... ¿arrastres? ¿gemidos? Y entre esos sonidos volvió aquel tan familiar que le escamó hasta la médula. Aguzó tratando de concentrarse, pero nuevamente nada.
Repentinamente se había colocado ansioso.
—Supongo que no podré deshacerme de ti —No le agradaba la idea, pero sin duda era mejor que dejarla machar; tenía preguntas. Quizás era obvio que ambos buscaban la Cura, pero ellos no habían dicho nada al respecto y quizás ella era un espía. Lo que fuera, no le daba confianza y necesitaba vigilarla, porque hasta donde él recordaba, no existía otro Glade.
Los ruidos se intensificaron y sin pensarlo dos veces éste jaló a la fémina tapándole la boca para que no gritara, ambos agachándose tras un árbol; en el momento también había hecho una seña a los demás para que hicieran lo mismo.
Silencio... Silencio...
Frente a ellos pasaron unas cosas... ¿cosas? No podía describirlos. Parecían... un algo, porque definitivamente no eran humanos pero tampoco animales y...
Minho se giró apretando los ojos y queriendo vomitar.
¡Apestaban a podrido!
Estuvieron ahí en silencio, casi sin respirar mientras esas cosas los pasaban de largo. Les siguieron hasta perderse y con algo de estupefacción observaron cómo éstas escarbaban como si fueran perros, pero usando las cuatro patas y luego se enterraban en fosas donde estaban las lápidas.
Un repentino pensamiento le asaltó e hizo que el estómago se le volteara al pensar que aquellos podrían ser sus antiguos compañeros. La idea sola le hizo enfurecer.
—Mierda... —susurró bajo, sudaba y tenía alterado el corazón—, no había visto cosas tan feas como un griever —aunque aquel ser fanático de perseguirlos seguía ganándose el premio. Se levantó por fin y dedicó dos segundos de su atención hacia las arenas, los que se encontraban atrapados estaban como fantasmas, él sólo se aseguro que seguían vivos y que no habían muerto como shanks cobardes—. Brandon, estás a cargo.
Ruidos, arañazos, gritos. Minho entendió que la música de fondo seguía tal cual tortuoso recital de ballet, ¡y a él no le gustaban esas cosas de mierda!
—Andando —se dio media vuelta y comenzó a andar por su lado, no iba a seguir perdiendo el tiempo ya que, la situación no estaba bien con ellos, pero no tenían ni idea de cómo se encontrarían en el Glade.
Apretó el puño izquierdo con fuerza. Tenían que apresurarse.
- Off:
- Hey Viktor, no te salvas de tirar dadido a ver si te persiguen.
Minho- Keepers
Re: Halloween Glade Mixto
El miembro 'Viktor' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Halloween_especial' :
'Halloween_especial' :
Re: Halloween Glade Mixto
No se encontraba bien, realmente todo estaba un poco más incómodo desde aquel estúpido tropezón que le había hecho toparse de bruces contra aquella roca viscosa que, para ser sinceros, ni siquiera había visto hasta que se dio de frente con ella. Se había partido el labio, podía saborear la sangre en sus labios al igual que aquella maldita masa viscosa que, sin poder evitarlo, se había colado entre sus labios, cosa que le hizo presagiar nada bueno.
Atendió a las palabras del keeper, asintiendo ante todo lo que decía, pero pronto, sus piernas comenzaron a verse asediadas por aquellas cosas que manaban de la tierra, haciendo que el runner que tenía de frente echase a correr, espoleando al med-jack a que corriese, como pudiera, ya que aquellas cosas no parecía que fuesen a pararse a tomar un té y dejarles escapar fácilmente, por lo que, con cierta reticencia a dejar solo al asiático con aquella muchacha que no parecía demasiado de fiar ¿Y si les quitaba la cura? ¿Y si la quería para ella?
No podía pensar correctamente con aquellas cosas siguiéndole ¿Que carajo eran? ¿Zombies? Sabía perfectamente que aquellos seres no podían ser reales, o al menos lo pensaba hasta que se encontró con aquellos bichos a los que no lograba ver bien, sacudió la cabeza, volviendo la vista al frente encontrándose solo, el runner que iba con él parecía haberse esfumado y no lograba encontrar las cosas que había a su alrededor, por lo que la única respuesta de su cuerpo fue correr, escaparse de aquel lugar, encontrar una manera de obtener la cura y, tal como el runner había dicho, salir pitando para el glade a dársela a sus compañeros y terminar con aquello, la que se había convertido en una mala pesadilla.
Atendió a las palabras del keeper, asintiendo ante todo lo que decía, pero pronto, sus piernas comenzaron a verse asediadas por aquellas cosas que manaban de la tierra, haciendo que el runner que tenía de frente echase a correr, espoleando al med-jack a que corriese, como pudiera, ya que aquellas cosas no parecía que fuesen a pararse a tomar un té y dejarles escapar fácilmente, por lo que, con cierta reticencia a dejar solo al asiático con aquella muchacha que no parecía demasiado de fiar ¿Y si les quitaba la cura? ¿Y si la quería para ella?
No podía pensar correctamente con aquellas cosas siguiéndole ¿Que carajo eran? ¿Zombies? Sabía perfectamente que aquellos seres no podían ser reales, o al menos lo pensaba hasta que se encontró con aquellos bichos a los que no lograba ver bien, sacudió la cabeza, volviendo la vista al frente encontrándose solo, el runner que iba con él parecía haberse esfumado y no lograba encontrar las cosas que había a su alrededor, por lo que la única respuesta de su cuerpo fue correr, escaparse de aquel lugar, encontrar una manera de obtener la cura y, tal como el runner había dicho, salir pitando para el glade a dársela a sus compañeros y terminar con aquello, la que se había convertido en una mala pesadilla.
Viktor- Med-jack
Re: Halloween Glade Mixto
Usuarios, el tiempo se ha terminado. Líder, tira dado de Halloween Ahora qué, sube post y la administración estará volviendo a aparecer.
Re: Halloween Glade Mixto
Tirando dado.
Dado, dado, dadito... ¿ahora cuál es nuestro regalito?
Dado, dado, dadito... ¿ahora cuál es nuestro regalito?
Minho- Keepers
Re: Halloween Glade Mixto
El miembro 'Minho' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Halloween_Ahora que' :
'Halloween_Ahora que' :
Re: Halloween Glade Mixto
Lanzó una mirada de refilón a la fémina, ésta iba callada, parecía observar a los alrededores con nerviosismo.
Aquel sonido volvió y, esta vez se detuvo en seco. Uno, dos, cuatro, siete segundos y nada. Apretó los puños sin dejar de poner atención. Lo había estado escuchando, estaba seguro, pero con todos esos sonidos de ambientación era difícil discernir si se trataba de alguno de ellos. Porque.. de estar ahí, ¿no estaría persiguiéndolos?
Se preguntó si fue buena idea separarse, pero rápidamente justificó la decisión. No tenían otra opción, el tiempo apremiaba. Tronó los dedos apretándolos fuertemente en puño y chascando la lengua continuó andando. Si se encontraban a un griever allá o aquí, ya sabían qué hacer, era un conocimiento básico de cualquier glader.
Anduvo con cuidado durante un rato mientras cercaban el lugar que, aparentemente, parecía corto. Sin embargo, al tener que rodear entre árboles su tiempo se fue duplicando mientras el camino les dejaba un doloroso recuerdo sobre la piel.
Sacó un cuchillo y cortó esa última enredadera imposible, al parecer estaban llegando al final del camino porque la luz se había intensificado de sobremanera. Lanzó una mirada a la chica con la advertencia de que estuviera prevenida y respirando hondo se preparó. Fuera lo que fuera que estaba tras esas hojas, iban por ella ya.
Cruzaron y lo que vieron fue...
El asiático enarcó una ceja, llevaba el cuchillo aún alzado tras haber cortado la última rama.
Frente a ellos estaba la caja, aquel horrible lugar muy similar al que les había traído. Y, por ridículo que sonara...
—No me jodas —gruñó sin creerlo y lanzando una fugaz mirada a la fémina, dio dos pasos ya saliendo por fin de tantas ramas—. Esos klunk de mierda sólo están jugando —volvió a apretar los puños y, tras lanzar un par de injurias más, se guardó el cuchillo a la espalda mientras giraba a su actual compañera—. ¿Crees que sea la Cura? —soltó una sonrisa sarcástica y apuntó con un gesto al frente; rió no sabiendo si lo hacía porque lo divertía o porque lo enfurecía. Irritado se talló la cabeza.
Estaba cansado de esos juegos mentales. Suficiente estrés era al que los estaban sometiendo con todo aquel escenario teatral del klunk, como para encima venir a tratarlos como unos reverendos shanks.
—A la mierda.
Dio un paso pero se detuvo recordando los sucesos en las arenas, tragó saliva esperando a que algo saltara pero, al no pasar, siguió. El camino a la caja no era largo, dos o tres metros. Conforme más se acercaban, la luz calaba en sus ojos con fuerza al grado de tener que colocar una mano al frente para proteger sus ojos un poco, mientras un bajo siseo, proveniente de, al parecer los focos que iluminaban, comenzaba a zumbar en sus oídos de manera molesta.
Y sí, era justo como la caja que todos conocían, tan fea como siempre y oxidada. Y, ya que lo consideraba, realmente se parecía grotescamente a ésta.
Volvió a observar alrededor, no había rastro de nadie más excepto ellos; entonces descendió la mirada.
Aquella era una de esas veces en que se le antojaba la frase: "Primero las damas". Negó un tanto divertido, gruñó y sin esperar más terminó de acercarse con paso firme y dar un salto, pateó la caja con fuerza para ver si nada resucitaba de ahí y, al no pasar, jaló con fuerza para abrirla.
Aquel sonido volvió y, esta vez se detuvo en seco. Uno, dos, cuatro, siete segundos y nada. Apretó los puños sin dejar de poner atención. Lo había estado escuchando, estaba seguro, pero con todos esos sonidos de ambientación era difícil discernir si se trataba de alguno de ellos. Porque.. de estar ahí, ¿no estaría persiguiéndolos?
Se preguntó si fue buena idea separarse, pero rápidamente justificó la decisión. No tenían otra opción, el tiempo apremiaba. Tronó los dedos apretándolos fuertemente en puño y chascando la lengua continuó andando. Si se encontraban a un griever allá o aquí, ya sabían qué hacer, era un conocimiento básico de cualquier glader.
Anduvo con cuidado durante un rato mientras cercaban el lugar que, aparentemente, parecía corto. Sin embargo, al tener que rodear entre árboles su tiempo se fue duplicando mientras el camino les dejaba un doloroso recuerdo sobre la piel.
Sacó un cuchillo y cortó esa última enredadera imposible, al parecer estaban llegando al final del camino porque la luz se había intensificado de sobremanera. Lanzó una mirada a la chica con la advertencia de que estuviera prevenida y respirando hondo se preparó. Fuera lo que fuera que estaba tras esas hojas, iban por ella ya.
Cruzaron y lo que vieron fue...
El asiático enarcó una ceja, llevaba el cuchillo aún alzado tras haber cortado la última rama.
Frente a ellos estaba la caja, aquel horrible lugar muy similar al que les había traído. Y, por ridículo que sonara...
—No me jodas —gruñó sin creerlo y lanzando una fugaz mirada a la fémina, dio dos pasos ya saliendo por fin de tantas ramas—. Esos klunk de mierda sólo están jugando —volvió a apretar los puños y, tras lanzar un par de injurias más, se guardó el cuchillo a la espalda mientras giraba a su actual compañera—. ¿Crees que sea la Cura? —soltó una sonrisa sarcástica y apuntó con un gesto al frente; rió no sabiendo si lo hacía porque lo divertía o porque lo enfurecía. Irritado se talló la cabeza.
Estaba cansado de esos juegos mentales. Suficiente estrés era al que los estaban sometiendo con todo aquel escenario teatral del klunk, como para encima venir a tratarlos como unos reverendos shanks.
—A la mierda.
Dio un paso pero se detuvo recordando los sucesos en las arenas, tragó saliva esperando a que algo saltara pero, al no pasar, siguió. El camino a la caja no era largo, dos o tres metros. Conforme más se acercaban, la luz calaba en sus ojos con fuerza al grado de tener que colocar una mano al frente para proteger sus ojos un poco, mientras un bajo siseo, proveniente de, al parecer los focos que iluminaban, comenzaba a zumbar en sus oídos de manera molesta.
Y sí, era justo como la caja que todos conocían, tan fea como siempre y oxidada. Y, ya que lo consideraba, realmente se parecía grotescamente a ésta.
Volvió a observar alrededor, no había rastro de nadie más excepto ellos; entonces descendió la mirada.
Aquella era una de esas veces en que se le antojaba la frase: "Primero las damas". Negó un tanto divertido, gruñó y sin esperar más terminó de acercarse con paso firme y dar un salto, pateó la caja con fuerza para ver si nada resucitaba de ahí y, al no pasar, jaló con fuerza para abrirla.
Minho- Keepers
Re: Halloween Glade Mixto
De ahora en adelante en el Glade se ha apagado cualquier sonido. No más gritos, llantos, alaridos... ¡nada! Y cualquier trampa que existiera parece como si hubiera desaparecido. La neblina comienza a disiparse lentamente, mostrando el desastre del lugar y las claras salidas hacia el Maze.
--
Nota: Pueden subir post donde se marchan, y recuerden llegar al glade a comunicar a su líder la noticia. Tienen hasta final de mes para ello.
Re: Halloween Glade Mixto
¿Miedo? Supuso que desconfiaba de ella cuando tardo en estrechar su mano, si bien era verdad que el saludo terminaba siendo muy formal era una prueba para saber como reaccionaba ante la actitud de ella. Y al asiático no le agradaron nada las palabras de ella, estaba claro que él era el jefe y ninguna mujer iba a poder opinar para el bien de su patrulla. Solo había tratado de ayudar, pero antes de que pudiera contestarle este ya había cambiado de tema, le hablo al pelirrojo y luego al med-jack. Y de pronto, se escucharon lejanos aquellos sonidos ¿de tortura? ¿de dolor?, seguidos por el familiar escalofrío de las criaturas. Cerro los ojos y se tapó los oídos, ahora ya no se escuchaba nada. El silencio volvía a reinar.
Era obvio que la idea de acompañar a ¿Miño? ¿Mimo?, no lo recordaba, no era agradable para el ambiente varonil. Empezaba a sentir la desconfianza y los ojos de él clavados en ella, vigilándola ante algún movimiento en falso. Sonrió, le producía algo de gracia aquello, pero tenían su derecho. ¿Qué no hay un dicho que dice "Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más cerca"? Pues bien, Rachel lo estaba llevando al pie de la letra . Ella tampoco terminaba de confiar en el sexo opuesto, ¿Desde cuando existía un Glade Masculino?, pero sabía que estaban en busca de la cura, ellos mismos le habían afirmado inconscientemente cuando aceptaron su compañía, y era preferible acompañarlos en su búsqueda que ir por separado y dejarles la posibilidad de que llegaran primero.
Aumentados, los sonidos llegaron a sus oídos más inquietos que los anteriores, y el asiático reaccionó agachándose detrás de un árbol, jalando consigo a Rachel y tapándole la boca para que no gritara. Iluso, Rachel no era de gritar por ruidos extraños ni se asustaba fácilmente. Pero, entre el silencio abrumador y agonizante, se coló un olor nauseabundo y podrido, que se intensificaba, seguido de unos pasos duros y torpes. Aquello la obligó a quedarse quieta, imágenes de cuerpos con carne putrefacta pasaron frente suyo, ¿qué eran esas cosas?. Sintió miedo y se acercó a su compañero, sintiendo el pecho de éste en su espalda, y ahí se quedaron, esperando mientras "eso" pasaba y desaparecía entre la tierra, escarbando, enterrándose al lado de las lápidas. Él susurró en voz baja, estaba sudando y tenía acelerado el corazón, lo podía sentir gracias a la cercanía. Rachel temblaba, simples huesos no le daban miedo, pero si estos se movían y la perseguían la situación cambiaba. Él comparó la fealdad del griever para romper el hielo del ambiente y se levantó de donde estaba.
Los ruidos de fondo no cesaban, siempre con la temática de alaridos, gemidos y gritos, como si fuera una casa habitada por mil espíritus agonizantes. El asiático se dirigió a otro compañero, el que se encargaba de cuidar a los caídos en la arena, y dió media vuelta, comenzando a caminar. El med-jack ya no estaba y el pelirrojo de la venda tampoco. Rachel miró a los atrapados, pensar que ella podría haberse quedado atrapada de no ser por su valentía. Les deseó suerte a los muchachos y se retiró, siguiendo el camino que había empezado su compañero, corriendo porque la figura de éste ya estaba algo alejada.
Tenían que apresurarse, no tenían tiempo que perder mirando el paisaje ni los detalles, pero admitía que Rachel estaba nerviosa por los nomuertos y observaba los alrededores con cierta inquietud. No hablaba para no desconcentrarse y tenía los oídos bien afilados a los sonidos alternos. Otra vez el familiar, el especial, que de vuelta se escondía y desaparecía, como una advertencia, como una burla.
Siguieron caminando entre los árboles, y mientras más avanzaban y se adentraban, más complicado se volvía. Cercaban el lugar que parecía no tener final, extendiendo el tiempo, haciendo más tortuoso el camino y lastimandoles el cuerpo, agotándolos, golpeándolos. Rachel tenía varios raspones en las piernas, y se había cortado el brazo, justo debajo del hombro, antes de que la sangre desbordara, cortó un pedazo de su remera y se la ató en la herida, impidiendo goteo alguno.
Y ya cuando sus piernas extenuadas gritaban un descanso, una luz al final de la arboleda centelleó del otro lado. El asiático sacó un cuchillo y cortó la enredadera que los separaba. Miró a Rachel previniéndola de algún riesgo y se preparó para lo que esperaba detrás. Pero al cruzar las hojas, se sorprendieron, cuando en vez de peligro, vieron la caja metálica, iluminada, alejada de toda inseguridad, que con letras grandes y claras se podía leer la palabra "Cura". Acercándose a la caja, su compañero gruñó sin creerlo, y la miró buscando respuesta. Rachel solo pudo esbozar una sonrisa y largar a reír, sorprendida, ingenua, inocentemente crédula. Parecía un chiste, una broma. La pregunta del asiático fue contagiada por la risa de ella, pero a este se le notaba cabreado por la sorpresa.
Estaban agotados, se les veía en el cuerpo, tanta aventura para que al final la cura este servida en bandeja le producía angustia. Klunks creadores, se burlaban frente a sus narices y se regocijaban observándolos sufrir y cumplir con las ideas y planes que utilizaban en ellos. Todo un espectáculo digno del director más absurdo y demente que existiera, donde sus títeres se movían al pie de la letra, siguiendo el libreto teatral.
La caja estaba alrededor de arena, lo que dificultaba su acceso sabiendo que aquella tierra era capaz de tragar a una persona entera. Pero su compañero no se percató de aquello y dio un paso, recordando tales sucesos se detuvo y espero algún accidente... pero nada paso. Rachel miraba los pasos de éste, y para estar más confiada del terreno, agarró una piedra pequeña y la tiró hacia la tierra, pero esta no reacciono, contraria a sus pensamientos. No había riesgo en caminar por allí, no iba a ser succionada, y ya sabiendo esto se acercó a la caja oxidada. Dos o tres metros la separaban y el destello cada vez se acrecentaba y la cegaba, tuvo que proteger su vista tapando la luz con una mano mientras avanzaba hacía la cura y un zumbido en sus oídos comenzaba a molestarle. Él pateó la caja con fuerza, esperando algo que le contestara, pero al no obtener respuesta, jaló con fuerza para abrirla.
Un halo de luz incandescente volvió a cegar la vista de ellos, esta vez con más potencia, como si el resplandor quemara, como si la energía fuera el fulgor de una llama que destruye todo a su paso y recrea en las ruinas de la claridad. Dentro de la caja había un pequeño papel en donde se leía: "Sólo espera un día más, la cura llegará sola." Rachel leyó en voz alta y miró a su compañero. Habían expuesto su pellejo y todo su esfuerzo para ocuparse de buscar una cura que tranquilamente llegaría sola. Tanta presión y sacrificio para conseguir un papel insignificante. Exhaló un suspiro y sonrió ante la ironía, por lo menos el tormento había terminado. Comenzaba a reír cuando observó el desconcierto del muchacho y tal vez, abrumada por el mismo sentimiento, lo abrazó, disfrutando de su logro. Pero poco duro su festejo ya que, al alzar el brazo, sintió el tajo de su herida, acción que le provocó dolor.
Rachel alzó la vista y miró el Glade, silencioso y tranquilo. Ya no había gemidos, ni llantos, ni alaridos. Las pesadillas habían terminado, los delirios, el sufrimiento y la tortura había desaparecido. El paisaje lúgubre, oscuro y siniestro se había borrado, dejando a su paso un ambiente natural y sereno. La niebla empezaba a esfumarse por los árboles, a desvanecerse, dejando a simple vista el caos del lugar y las salidas hacia el Maze. - Fin de la función. - objetó Rachel. Era hora de volver a casa.
Era obvio que la idea de acompañar a ¿Miño? ¿Mimo?, no lo recordaba, no era agradable para el ambiente varonil. Empezaba a sentir la desconfianza y los ojos de él clavados en ella, vigilándola ante algún movimiento en falso. Sonrió, le producía algo de gracia aquello, pero tenían su derecho. ¿Qué no hay un dicho que dice "Mantén a tus amigos cerca, y a tus enemigos aún más cerca"? Pues bien, Rachel lo estaba llevando al pie de la letra . Ella tampoco terminaba de confiar en el sexo opuesto, ¿Desde cuando existía un Glade Masculino?, pero sabía que estaban en busca de la cura, ellos mismos le habían afirmado inconscientemente cuando aceptaron su compañía, y era preferible acompañarlos en su búsqueda que ir por separado y dejarles la posibilidad de que llegaran primero.
Aumentados, los sonidos llegaron a sus oídos más inquietos que los anteriores, y el asiático reaccionó agachándose detrás de un árbol, jalando consigo a Rachel y tapándole la boca para que no gritara. Iluso, Rachel no era de gritar por ruidos extraños ni se asustaba fácilmente. Pero, entre el silencio abrumador y agonizante, se coló un olor nauseabundo y podrido, que se intensificaba, seguido de unos pasos duros y torpes. Aquello la obligó a quedarse quieta, imágenes de cuerpos con carne putrefacta pasaron frente suyo, ¿qué eran esas cosas?. Sintió miedo y se acercó a su compañero, sintiendo el pecho de éste en su espalda, y ahí se quedaron, esperando mientras "eso" pasaba y desaparecía entre la tierra, escarbando, enterrándose al lado de las lápidas. Él susurró en voz baja, estaba sudando y tenía acelerado el corazón, lo podía sentir gracias a la cercanía. Rachel temblaba, simples huesos no le daban miedo, pero si estos se movían y la perseguían la situación cambiaba. Él comparó la fealdad del griever para romper el hielo del ambiente y se levantó de donde estaba.
Los ruidos de fondo no cesaban, siempre con la temática de alaridos, gemidos y gritos, como si fuera una casa habitada por mil espíritus agonizantes. El asiático se dirigió a otro compañero, el que se encargaba de cuidar a los caídos en la arena, y dió media vuelta, comenzando a caminar. El med-jack ya no estaba y el pelirrojo de la venda tampoco. Rachel miró a los atrapados, pensar que ella podría haberse quedado atrapada de no ser por su valentía. Les deseó suerte a los muchachos y se retiró, siguiendo el camino que había empezado su compañero, corriendo porque la figura de éste ya estaba algo alejada.
Tenían que apresurarse, no tenían tiempo que perder mirando el paisaje ni los detalles, pero admitía que Rachel estaba nerviosa por los nomuertos y observaba los alrededores con cierta inquietud. No hablaba para no desconcentrarse y tenía los oídos bien afilados a los sonidos alternos. Otra vez el familiar, el especial, que de vuelta se escondía y desaparecía, como una advertencia, como una burla.
Siguieron caminando entre los árboles, y mientras más avanzaban y se adentraban, más complicado se volvía. Cercaban el lugar que parecía no tener final, extendiendo el tiempo, haciendo más tortuoso el camino y lastimandoles el cuerpo, agotándolos, golpeándolos. Rachel tenía varios raspones en las piernas, y se había cortado el brazo, justo debajo del hombro, antes de que la sangre desbordara, cortó un pedazo de su remera y se la ató en la herida, impidiendo goteo alguno.
Y ya cuando sus piernas extenuadas gritaban un descanso, una luz al final de la arboleda centelleó del otro lado. El asiático sacó un cuchillo y cortó la enredadera que los separaba. Miró a Rachel previniéndola de algún riesgo y se preparó para lo que esperaba detrás. Pero al cruzar las hojas, se sorprendieron, cuando en vez de peligro, vieron la caja metálica, iluminada, alejada de toda inseguridad, que con letras grandes y claras se podía leer la palabra "Cura". Acercándose a la caja, su compañero gruñó sin creerlo, y la miró buscando respuesta. Rachel solo pudo esbozar una sonrisa y largar a reír, sorprendida, ingenua, inocentemente crédula. Parecía un chiste, una broma. La pregunta del asiático fue contagiada por la risa de ella, pero a este se le notaba cabreado por la sorpresa.
Estaban agotados, se les veía en el cuerpo, tanta aventura para que al final la cura este servida en bandeja le producía angustia. Klunks creadores, se burlaban frente a sus narices y se regocijaban observándolos sufrir y cumplir con las ideas y planes que utilizaban en ellos. Todo un espectáculo digno del director más absurdo y demente que existiera, donde sus títeres se movían al pie de la letra, siguiendo el libreto teatral.
La caja estaba alrededor de arena, lo que dificultaba su acceso sabiendo que aquella tierra era capaz de tragar a una persona entera. Pero su compañero no se percató de aquello y dio un paso, recordando tales sucesos se detuvo y espero algún accidente... pero nada paso. Rachel miraba los pasos de éste, y para estar más confiada del terreno, agarró una piedra pequeña y la tiró hacia la tierra, pero esta no reacciono, contraria a sus pensamientos. No había riesgo en caminar por allí, no iba a ser succionada, y ya sabiendo esto se acercó a la caja oxidada. Dos o tres metros la separaban y el destello cada vez se acrecentaba y la cegaba, tuvo que proteger su vista tapando la luz con una mano mientras avanzaba hacía la cura y un zumbido en sus oídos comenzaba a molestarle. Él pateó la caja con fuerza, esperando algo que le contestara, pero al no obtener respuesta, jaló con fuerza para abrirla.
Un halo de luz incandescente volvió a cegar la vista de ellos, esta vez con más potencia, como si el resplandor quemara, como si la energía fuera el fulgor de una llama que destruye todo a su paso y recrea en las ruinas de la claridad. Dentro de la caja había un pequeño papel en donde se leía: "Sólo espera un día más, la cura llegará sola." Rachel leyó en voz alta y miró a su compañero. Habían expuesto su pellejo y todo su esfuerzo para ocuparse de buscar una cura que tranquilamente llegaría sola. Tanta presión y sacrificio para conseguir un papel insignificante. Exhaló un suspiro y sonrió ante la ironía, por lo menos el tormento había terminado. Comenzaba a reír cuando observó el desconcierto del muchacho y tal vez, abrumada por el mismo sentimiento, lo abrazó, disfrutando de su logro. Pero poco duro su festejo ya que, al alzar el brazo, sintió el tajo de su herida, acción que le provocó dolor.
Rachel alzó la vista y miró el Glade, silencioso y tranquilo. Ya no había gemidos, ni llantos, ni alaridos. Las pesadillas habían terminado, los delirios, el sufrimiento y la tortura había desaparecido. El paisaje lúgubre, oscuro y siniestro se había borrado, dejando a su paso un ambiente natural y sereno. La niebla empezaba a esfumarse por los árboles, a desvanecerse, dejando a simple vista el caos del lugar y las salidas hacia el Maze. - Fin de la función. - objetó Rachel. Era hora de volver a casa.
Rachel*- Runners
Re: Halloween Glade Mixto
—Fin de la función.
Colocó los ojos en blanco y pasó una mano por el rostro con cierta molestia, aunque sonreía. Le parecía ridículo el asunto, eso le daba demasiada gracia, pero todo lo demás lo enfurecía. ¡Quería patear a esos creadores de mierda hasta el cansancio!
¿Ahora qué? ¿Aquello no era sólo una mala broma y terminarían en otra grandiosa y misteriosa super sorprendente prueba?
Apretó los puños y observó a los lados. Todo estaba silencioso, demasiado. Dentro de él supo que aquello había terminado, era sólo que no podía bajar la guardia sólo porque sí, pero por ahora no tenía más opciones y eso lo enfurecía más.
—¿Quién eres? —se giró de pronto a la fémina, no se le había olvidado que tenían que tratar ese tema—. Me ha quedado claro lo que buscabas, supongo que pasamos por la misma situación —pero quizás era una espía, todo un truco, tenía que andarse con reservado cuidado—. ¿De dónde vienes?
No existía un Glade con mujeres, no lo había, él llevaba años recorriendo ese laberinto y estaba seguro de lo que afirmaba. Entonces... ¿de dónde venía esa chica?
Siguió observándole, su rostro estaba marcado con un claro gesto de desconfianza y algo de desesperación. Tenía que averiguar esa información, pero también peleaba por el deseo de regresar al Maze y ver qué klunk cosa sucedía allá.
Colocó los ojos en blanco y pasó una mano por el rostro con cierta molestia, aunque sonreía. Le parecía ridículo el asunto, eso le daba demasiada gracia, pero todo lo demás lo enfurecía. ¡Quería patear a esos creadores de mierda hasta el cansancio!
¿Ahora qué? ¿Aquello no era sólo una mala broma y terminarían en otra grandiosa y misteriosa super sorprendente prueba?
Apretó los puños y observó a los lados. Todo estaba silencioso, demasiado. Dentro de él supo que aquello había terminado, era sólo que no podía bajar la guardia sólo porque sí, pero por ahora no tenía más opciones y eso lo enfurecía más.
—¿Quién eres? —se giró de pronto a la fémina, no se le había olvidado que tenían que tratar ese tema—. Me ha quedado claro lo que buscabas, supongo que pasamos por la misma situación —pero quizás era una espía, todo un truco, tenía que andarse con reservado cuidado—. ¿De dónde vienes?
No existía un Glade con mujeres, no lo había, él llevaba años recorriendo ese laberinto y estaba seguro de lo que afirmaba. Entonces... ¿de dónde venía esa chica?
Siguió observándole, su rostro estaba marcado con un claro gesto de desconfianza y algo de desesperación. Tenía que averiguar esa información, pero también peleaba por el deseo de regresar al Maze y ver qué klunk cosa sucedía allá.
Minho- Keepers
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