Halloween Glade Mixto

Recuerdo del primer mensaje :

Era latoso, pero alguien tendría que hacerlo. Cruzó un par de palabras más con los representantes de los diminutos grupos y asintió. Eso fue lo último que supo de ellos cuando se dividieron para adentrarse al laberinto y encontrarse en el Glade Mixto.

Se detuvo justo a la entrada y extendió el brazo para que los que venían tras de él le imitaran.

Si entraban en cantidades grandes y llegaban a toparse con algún Griever, sólo iban a ser carnada fresca. Dividirse y escurrirse por el Maze de forma silenciosa era la mejor opción.

Creó un gesto con la cabeza a Thomas para que éste se estuviera en guardia y fuera a revisar al lado contrario de donde él. Desde un principio no había dudado en sacar el cuchillo con el que siempre cargaba.

Todo había cambiado desde la última vez que estuvo ahí. Ya no era como el otro, ahora todo estaba sumergido por una niebla que apenas dejaba ver más allá del largo del brazo, y esos sonidos... Aunque admitía que prefería esos alaridos de espanto a los gemidos agonizantes de los Grievers.

—¡¡AAhhhhhh!!

—¡¡GYAAAA!!

Llanto.

—¡¡AAHHHHH!!

Y venía ese otro murmullo de alguien que parecía rezar y golpearse al mismo tiempo. Entonces... nuevamente comenzaban los gritos y los llantos viniendo de todos los lugares y creando ecos entre las esquinas de lo que restaba cercano al laberinto.

Relámpagos y viento heladamente húmedo que se te pegaba a la piel y comenzaba a entumirte lentamente como si..., en el aire, existiera algo más. Además... ¡apestaba! Le recordaba a una vez que encontró el cadáver de un runner allá en el Maze, pudriéndose.

Inmediatamente negó despejando el recuerdo, había sido demasiado duro.

Siguió caminando con cuidado y medio tropezó con un montículo de tierra, al acercarse mejor y agacharse, cayó en cuenta que era un bulto recién instalado y ahí, a la cabeza, llevaba una lápida con...

Apretó la mandíbula y los puños al mismo tiempo, sintiendo una revoltura en el estómago que no sabía identificar. Molestia, odio, nauseas, tristeza, desesperación. En ese pedazo de roca mal labrado rezaba el nombre de uno de los primeros runners en fallecer.

Fue un golpe duro que le hizo retroceder un paso, desencajándolo, haciendo olvidarse por un momento de la situación, hasta que topó con algo. Inmediatamente giró preparado para lo peor, pero detuvo su ataque al ver que era un palo grande y grueso.

—¿Ahora qué? —pensó.

Acercándose, cayó en cuenta que se trataba de un bastón enorme que en la parte de arriba colgaba un espeluznante espantapájaros. Éste, con los brazos estirado y amarrados a lo ancho, caía con peso muerto hacia adelante, observándole de manera fija y con la boca cocida como si estuviera burlándose. Y algo en su mente, no sabía qué, le dijo que probablemente así estaba siendo.

—Me va a dar un infarto —murmuró de mala gana regresando donde los otros. Había un tutifruti de varias cosas espantosas, pensaba que lo menos macabro eran los árboles secos, pero esos incluso asemejaban extensiones de brazos deformes saliendo de entre la tierra con la intención de en cualquier momento atraparlos y enterrarlos en una de esas tantas tumbas que se apilaban entre ellos.

Se rascó la nuca sintiendo un poderoso escalofrío que le estremeció hasta la columna. Otro chillido, uno que parecía como el de algún psicótico, había rasgado el ambiente.

Respiró con molestia y giró a los otros mientras guardaba su cuchillo de regreso a la espalda. —Potente voz, ¿no? —medio rió divertido, aunque no le daba nada de gracia la situación.

Alarido.

Inevitablemente apretó los ojos cuando el sonido le taladró de tímpano a tímpano y fue inevitable taparse las orejas soltando una ronca queja en protesta.

—Éste klunk lugar es una maldita trampa —cruzó miradas con Thomas y sacó de entre su bolsa el papel arrugado dejado por los Creadores, después volvió a guardarlo y llevando ambas manos a la cadera, observó alrededor en silencio, apenas y se daba cuenta que respiraba—. A la mierda, será mejor que encontremos las malditas curas y nos larguemos de regreso —Ajusto bien su mochila y les dio la espalda—. Hemos quedado con los otros shanks en la puerta sur, vamos.

Y lento comenzaron a adentrarse mientras el keeper les resumía lo que había visto y daba instrucciones de no tocar y correr como reverendos slinthead. —... Porque los alcanzo y pateo yo mismo, ¿entienden? —Y aclaraba que sí había que correr para ganarse tiempo y pensar, pero no hacia cualquier lado que pudiera dejarles en peor situación.

La cura, eso era lo que las había llevado a entrar en aquel Infierno. Empujadas por la responsabilidad de la catástrofe que azotaba al Glade, aquella vil trampa que habían mandado los Creadores, sin sentido ni explicación, había debilitado bastante al grupo de las féminas. Y, con la importante cantidad de bajas, se veían obligadas a buscar el antídoto, la salvación del desastre, la medicina curativa, aunque bien sabían que para lograr aquello debían cruzar el Laberinto hacía el Glade Mixto.

Rachel lanzó una mueca. -Recuerda, no puedes regresar sin la cura.- Sabía que sus compañeras la esperaban con la solución al problema,  pero su expedición no estaba resultando nada fácil. Ya comenzaba a experimentar los nauseabundos olores que corrían entre la hostilidad de las espinas de los árboles y los secretos de las piedras, diferentes a las que había visto y recordaba. Éstas se encontraban cubiertas de una capa opaca y musgosa, que inquietaba a cualquier ser vivo que las mirara. Pero era dificil observar lo que pisabas cuando el ambiente desbordaba de humedad y de una niebla fantasmal que impedía la visión del territorio.

Lejos, o tal vez cerca, se escucharon gritos y alaridos, llantos, delirios. Rachel acercó su mano al puñal que llevaba atado a la pierna, si bien su vista estaba casi cegada (no podía ver más allá de su cuerpo), en momentos donde sus ojos fallaban, sus otros sentidos se encendían, atentos a cualquier inconveniente. El sonido fue devuelto como un eco por su izquierda, acción que hizo detenerla. Luego de esperar en vano el ataque sorpresivo de un  Griever, siguió caminando, siempre derecho y por el pasto, como había recibido las indicaciones en el Glade. Allá habían quedado las líderes y sus compañeras más cercanas. Muy pocas mujeres se habían ofrecido a buscar el medicamento y, entra las predispuestas, Rachel era la única que tenía convicción de encontrarlo sin pensar en las consecuencias.

Sacó la brújula que le había dado Sonya para que no se perdiera y verificó su dirección. No veía indicios de andar por nuevos senderos, siempre las mismas zanjas en la tierra, siempre las salientes raíces de los árboles que apaciguaban su recorrido. Le echó una mirada a la brújula y la metió dentro del bolsillo de su short, iba por buen camino. Por las dudas, había optado por venirse ligera. Solo una navaja bien afilada y un arco con flechas, su especialidad, habilidad en donde tenía buena puntería. Ahora se arrepentía de no haber traído algo para tomar o comer, pero no era el momento para quejarse. Tenía una misión importante que cumplir, aunque incluso lo más inocente tuviera una visión terrorífica.

Los mechones de su flequillo se mecían entre su frente, mientras que su rubia cabellera, algo desarreglada, se mantenía en una coleta alta. Levantó la vista buscando algo, pero no fue nada esperanzador. El cielo, remolino caótico, tempestad oculta entre las sombras, era dueño de una batalla entre relámpagos y nubes diabólicas, dibujando sus mas horribles expresiones de ira y tronando, vibrando sobre el feroz viento. Un escalofrío le recorrió el cuerpo y comenzó a correr, inconscientemente de su recorrido. No avanzó mucho, metros adelante chocó con algo grande y en forma de T. Guardian del pasto seco, observador de las tinieblas y amante del putrefacto olor, que comenzaba a entrar en los orificios de su nariz hasta llegar al fondo de su estomago, se ergía en el campo fantasma un espantapájaros derruido, tenebroso y endemoniado, como si fuera una estatua clásica digna de su propio templo. Clavado con sus brazos estirados, era la muerta imagen de un crucificado, sus ojos tenían una mirada maligna y su boca estaba cocida a las apuradas, efectuando una mueca que contenía una risa, una burla, una locura.

Un alarido cortó el ambiente, y una carcajada hiriente se escapó del aire, seguida de un rayo que iluminó un camino despejado por allá, detrás de los árboles secos, podridos, enfermos. Había quedado de encontrarse con sus compañeras en la Puerta Sur antes de que el Glade pudiera vencerlas, y lo lograrían, saldrían del lugar con la cura, vivitas y coleando.

El miembro 'Rachel' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Halloween_Que sigue' :

Siguió avanzando derecho y se metió por entre los árboles, buscando la salida que se le había divisado gracias a la luz del rayo. La niebla se había liberado de su espesura, pero seguía molestando la vista, no dejaba ver con claridad el bosque que cada vez se encerraba, se apagaba ante sus ojos. Los árboles parecían sacados de cuentos de terror, tan muertos y huesudos, que su esquelética estructura solo ayudaba a interpretar mejor el papel de moribundo, olvidado bajo la penumbra suave de la naturaleza.

Rachel no retrocedió, por más que los árboles crecieran y fueran aumentando su tamaño sin florecer su aspecto vital, por más que el camino comenzara a tener otra textura, comenzaran a aparecer las conocidas rocas musgosas que dificultaban el paso y que se tornaban peligrosas gracias a sus bordes filosos, ella no retrocedió. De a poco, mientras más se adentraba dentro de aquel bosque interminable, las raíces empezaron a sobresalir de la tierra, enredándose entre si junto con las rocas. Para no cortarse tenía que saltar por encima de las raíces exteriores, pero los árboles estaban tan juntos que dificultaban su paso, gracias a eso la remera de Rachel termino siendo victima de las espinas de las ramas. Se le había rasgado un poco, pero lo importante era que no habían llegado a tocar su piel, solo unos pequeños rasguños en los brazos nada graves, o al menos eso era lo que esperaba.

- Malditos creadores, ¿por qué se entretienen complicándonos la vida? - se preguntó para si misma, como buscando una respuesta . -¿Por qué nos tienen acá encerrados? ¿Qué buscan de nosotros?- Un rasqueteo la desconcertó de sus pensamientos, y desde allí algo rodó, se precipitó, sacudiéndose. Una voz se lamentaba, como si estuviera describiendo la angustia de los muertos. Rachel aplaudió. - ¡Bravo! Próximos productores de Cine. Tienen futuro muchachos. - pronunció, escupiendo en el suelo. Pero cuando se dispuso a seguir con su camino, se tropezó con las raíces salientes, cayendo al suelo, sintiendo una frialdad en sus manos. Había caído sobre una tumba, y esa lápida llevaba labrado el nombre de una antigua compañera. Se sorprendió y los recuerdos la llenaron de angustia. Su mano se apretó volviéndose un puño y la golpeó contra el mármol. ¿Por qué les hacían esto? Algo le molestó en las piernas, y noto unas raspaduras. Parecía una niña jugando, pero.. ¿que niña? Si no recordaba su pasado, ¿a que niñez podía hacer alusión? Estaba atrapada en su presente, sin pasado, sin memoria, sin identidad.

Por un momento se paralizó, la soledad la asustaba y sus pensamientos la abrumaban. ¿De quién había sido la idea de separarse? Era una idea estúpida, en especial cuando se trataba de un grupo reducido y donde ella no conocía el camino. Estaba rodeada de tumbas, todas con los nombres de runners y otras gladers, pero no quiso seguir leyendo. Tentada por la desesperación, volvió a correr, y terminó librándose del bosque, saliendo a un campo abierto y extenso, la salida. La neblina se había despejado dejándole una visión general y amplia del Maze. Allá se veía el destello de una tenue luz.. pero aún se le obstaculizaba divisar los detalles que la rodeaban. Respiró hondo y abrió sus brazos, como un pájaro que se escapa de su jaula saciando su libertad, y miró de un lado a otro, estudiando el campo. Ni rastros de sus compañeras.

Rachel, es importante que leas la dinámica de lanzar los dados.

1.- Te correspondía en la siguiente ronda.
2.- No se tira dado y se sube nuevamente un post a menos que el dado te pida que tires Defensa y, tas tirar defensa con un mini post, luego ya no das respuesta hasta la siguiente ronda.

**Revisar las indicaciones.

Por ahora lo dejaremos así y se reiniciará la ronda. ¡A continuar~~!

Lanzada de dados.

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'Halloween_Ahora que' :

Como se habrán dado cuenta, queridos Gladers, se encuentran en una situación precoz. Antes de cada turno, como el dado lo indica, deberán lanzar dado Halloween Especial antes de subir post, si les da un resultado negativo, se han salvado de quedar atrapados, de lo contrario, deberán seguir tirando dado Halloween Especial en cada turno hasta que logren salir.

Consejo: No tarden, no están solos...

Dadito dadito... ¿me quedaré atrapadito?~~

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'Halloween_especial' :

No sabía porqué pero...

Rodó los ojos y con un gesto de cansancio se talló por detrás de la nuca mientras pateaba un escorpión.

... ¿Sería que aquella situación le resultaba familiar? O bien, quizás eran sólo cosas suyas.

Se sacó el cuchillo con el que siempre cargaba a la espalda y comenzó a sacarse de encima a los escorpiones que por lo menos no eran arañas...

—¡Cura! —repitió alto y fuerte arrancándose de la muñeca uno de esos bichos ya totalmente preparado para pincharlo—. ¡¿Me puedes decir que klunk se parece esto a una cura?!

Se movió dando un par de saltos (algo que resultaba al parecer efectivo), se sacudió el cabello y alejándose de la tierra volvió a observar cómo éstos regresaban bajo la tierra.

—Igual que las arañas... —murmuró por lo bajo y, aún agitado y sudando, lanzó una mirada al med-jack—. ¿También recibiste amor de más? —gruñó—. Asegúrate de estar bien y busca la jodida cura.

Cada paso estaba siendo el infierno en ese lugar. Aquí, allá, ¡donde pisaran les estaba esperando algo! Ahora...

Se llevó una mano a la garganta con cierto temor.

... Ahora sólo faltaría que el aire también tuviera algo de tóxico porque, a como lo veía, sí o sí los Creadores querían que ellos fueran pinchados-mordidos-envenados.

—Silencio —se detuvo repentinamente.

Pasaron algunos segundos, quizás uno o dos minutos, no estaba seguro. Pero hasta que no entendió bien lo que veía, no se atrevió a moverse sigilosamente mientras giraba a los otros para indicarles con un gesto que se quedaran allí y guardaran silencio.

Caminó muy lento tratando de no perder aquel sonido inconfundible con respecto a todos los otros, y aún con cuchillo en mano, de golpe salió de lo último que quedaba de espesura entre árboles y tomando por el cuello al sujeto, le amenazó.

—¡¿Quién eres?! —llevaba el cuchillo sujeto muy firme a la garganta y estaba más que dispuesto para rebanarlo si era necesario (ya sólo le faltaba que fueran zombis)—. ¿Eres uno de ellos? —Y no tardó en darse cuenta que se trataba de una mujer, el cuerpo era demasiado esbelto y voluptuoso del pecho como para obviarlo. Aún así no le importó, lo contrario, le dio más desconfianza—. ¡No jodas y contesta!

Pero antes de alguno poder decir algo, una luz despejándose entre la neblina llamó su atención. Era... una caja.

...

¿Una caja luminosa? Minho enarcó una ceja. ¿De verdad? Ahora sólo le faltaba que dijera en letras fluorescentes y grandotas "Cura". Aunque aún la neblina no dejaba ver todo claramente y seguía ironizando esa posibilidad.

Como fuera el asunto, parecía importante. Y todo quizás hubiera pintado para mejor pero, alrededor estaba lleno de tierra, tierra y más tierra. Y bueno, si de algo estaba seguro en ese punto, es que nada bueno salía de ese lugar.

—¡¿Es una trampa?! —volvió a cuestionar a la mujer, ella había forcejeado pero la tenía suficientemente bien agarrada como para que se soltara, aunque admitía que era fuerte—. Tranquila fierecita, ahora contesta o rebanaré de una jodida vez tu cara. ¿Qué es eso? ¿Quién eres? ¿Te enviaron ellos? ¡Escupe!

Pero nadie escupió; contrario, el piso pareció comenzar a moverse y con él, ellos. Irremediablemente tuvo que soltarla y con un rápido reflejo se echó suficientemente para atrás como para seguir siendo engullido por la tierra. La cuestión, es que todos estaban pasando por lo mismo.

—¡Muevan sus shuck traseros de mierda fuera de ahí! —ordenó jalando a uno de los runners que les acompañaba y tratando de ayudar a otro.

Veamos que sucede...

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'Halloween_especial' :

Aquellos malditos bichos parecían estar poseídos. Salían unos detrás de otros tratando de picotearles hasta el alma, si es que esta pudiese ser picoteada, claro. Blandió como buenamente pudo aquel pequeño cuchillo con el que había decidido salir, el cual ahora agradecía a su líder que le insistiese en que lo llevase solo por si acaso encontraban algo como hierbas de otro tipo a las que tenían en el glade o mismo algún tipo de sabia como la de aquel árbol que actuaba casi como una panacea, aunque claro, el joven que se encontraba peleando con aquellos alacranes no encontraba aquello muy viable tras ver donde se encontraban.

Cuando el Runner se dirigió a él, de aquella forma tan peculiar, y asegurándose de que ninguno de aquellos animales quedaban trepando por alguna parte de su cuerpo, se tocó las zonas que tenía expuestas, el cuello, las manos, alguna que otra parte de su torso que se encontraba descubierta tras sus terribles encontronazos con los árboles segundos antes....Nada, no había sentido ningún pinchazo tampoco, por lo cual tomó aire tranquilo hasta que vio la reacción del asiático a lo que parecía una muchacha. Y cuando decía parecer, es por que no la había visto demasiado bien ante el arrebato del joven de tenerla bien sujeta. Su primer impulso había sido acercarse a ambos y tratar de razonar con el muchacho que portaba el cuchillo, idea que dejó escapar de su cabeza dado el temperamento del joven.

Cuando se percató de aquella especie de resplandor que manaba de el horizonte, se reprimió nuevamente las ganas de soltar uno de sus comentarios que si de algo se catalogaban, era de poco adecuados para la situación, cosa que le había costado más de una regañina, pero la idea de ver la cura con un neón brillante, estaba volviendo a su cabeza con más fuerza que antes, y le parecía realmente irónico.

Pareció no ser el único que notó el movimiento de la tierra bajo los pies, pudo ver a Minho dando casi un salto y agarrando a uno de sus compañeros que estaba comenzando a hundirse, cosa que hizo que el propio med-jack, agarrase a uno de sus compañeros para sacarlo de donde comenzaban a tragarse sus pies , y lo tirase hacia atrás para que cayese sobre terreno firme.

Era evidente de que si aquello era la cura, no se la iban a dar con tanta facilidad, desgraciadamente.

Disculpen las molestias ocasionadas, errores de principiante!
Ahora probemos mi suerte~

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'Halloween_especial' :

Off:

Silencio...

Ya no escuchaba ningún grito, ninguna queja, ningún dolor. Y eso la inquietaba, porque cuando la paz reinaba, significaba el comienzo de una tragedia peor a la anterior. Pero lo que más la intranquilizaba era no saber el paradero de sus compañeras, que podrían haberse perdido o que se hallaran en peligro y ella aquí, sin poder ayudarlas. El camino era bastante complicado, como bien había experimentado, y estaba preocupada por ellas.
Entonces gritó, lo más fuerte que pudo. Un eco resonó por el campo, sin respuesta, y su vista se volvió a encontrar con el destello de luz, ahora más brillante que antes. Entrecerró sus ojos y observó detalladamente: ¿Era una caja?

Sí, era una caja, idéntica a la que la había traído a ese mundo, sólo que ésta estaba muchísimo más iluminada que las otras. Increíble que se la marcaran a la vista, ¿Ironía? No, nada era tan fácil con ellos, el terreno donde estaba no tenía buena pinta para ser cruzado. Alrededor y por extensos metros, la caja se encontraba protegida por tierra, mucha tierra, y sabía que de allí no podía salir nada bueno. Volvió a gritar, esperando que alguna voz conocida contestara, pero todo fue en vano, sólo escucho su propia voz rebotando una y otra, y otra vez..

Suspiró, por más complicado que pareciera debía llegar hasta allí, cueste lo que cueste, pero antes de que pudiera cometer un movimiento, una mano la apresó por el cuello  impidiendo defenderse, y la otra la amenazó con un filoso cuchillo apoyándolo sobre su garganta, logrando que ella sintiera el frío del arma. Las manos, firmes manos masculinas, tenían algunos callos, al igual que las de ella.  Le preguntó quién era y si era uno de "Ellos", ¿Acaso.. se refería a los Creadores? ¿O se refería a sus compañeras?

- Es de cobardes atacar por la espalda - le dijo, haciendo caso omiso a sus preguntas, pero su respuesta solo lo enojó más. ¿Y él quién se supone que era? Ella también tenía derecho a desconfiar de los extraños, aunque era raro, el muchacho no tenía una voz de hombre, no..
Aprovechando su distracción, giró la cabeza para observarlo mejor, movida por la curiosidad, y lo vio. Su atacante era un joven asiático, de cabello negro y tez blanca, un poco más alto que ella, dueño de un par de ojos oscuros que se veían interesados por la misma caja luminosa, borrosa tras la neblina. Tenían casi la misma edad, el muchacho no pasaba los 20, y resultaba ser una competencia, ellos también venían por la cura.
Notando el olvido que el empezaba a sentir por su presa, mientras aflojaba la mano de su cuello y alejaba un poco el cuchillo, ella intentó liberarse, forcejeando, pero no pudo, él tenía más fuerza que ella y la volvió a sujetar, preguntándole por una trampa. Volvió a mirarlo, no le tenía miedo, sabía que mentía, porque si la mataba no resolvería sus dudas, sus inquietudes respecto a ella.

- ¡Suéltame Shuck-face! - Le gritó, mientras volvía a forcejear sin éxito. Él la nombró fierecita y eso le molestó, no le gustaba que se burlaran de ella o que la denostaran por ser mujer. -¡Fierecita será tu abuela! - le contestó, antes de que la tierra comenzara a moverse y, para no perder el equilibrio, el asiático optó por soltarla. Lo que él no entendía era que ella se encontraba en las mismas condiciones, en la misma ignorancia con respecto a su entorno, y que la tierra comenzara a tragarlos no parecía ser el contexto ideal para una charla informativa. Quiso escapar del peligro moviendo sus piernas hacía tierra firme, pero éstas estaban cada vez más pesadas y ya casi tapaban sus rodillas. Recordó que había guardado una cuerda larga dentro de la aljaba, la funda cilíndrica que colgada en su espalda protegiendo sus flechas y, lo más rápido que pudo, ató la soga a una de éstas. Luego la puso en el arco, apuntó hacía la rama del árbol más cercana, y la soltó. Tiró de la cuerda para saber si resistía y avanzó uno, dos, tres pasos, hasta que la flecha se partió. Ahora el barro se había apoderado de la mitad de su cuerpo, por lo que tiró el arco junto con las flechas hacía la tierra, se tenía que sacar peso de encima si quería resistir, y debía quedarse quieta, de lo contrario se hundiría más rápido.

Todo era una reverenda mierda. Algunos de los miembros habían quedado estancados entre las arenas y justo ahora se debatían en equilibrio y no moverse, para evitar seguir hundiéndose; entre ellos... la mujer.

Alzó una ceja y rodando los ojos se sacó una soga y la lanzó amarrándola a una rama, después la pasó a ella e indicó que la lanzara a los otros tipos. Intentaron jalarse, pero parecía que terminaba empeorándolo.

—¡No se sigan moviendo par de shanks!—gritó, sobre todo a un tipo histérico—. Aten la soga al rededor de ustedes y manténganse así, por lo menos eso evitará que se les llene la cabeza de esa klunk arena —y volvió a observar al rededor en busca de alguna otra idea.

El panorama básicamente seguía siendo el mismo, pero menos neblina, menos árboles y más tensión.

Se rascó la cabeza y gruñendo escupió a un lado pasando la vista al med-jack. —¿Alguna idea?

No se acordaba si los ruidos de alaridos y todos esos sonidos románticos de ambientación se habían apagado, pero hasta ese momento, cuando el alarmante grito de una mujer retumbó tan fuerte que incluso la tierra vibró, fue que volvió a caer en cuenta de ellos.

—Quizás un griever comiéndosela —se encogió de hombros—. No sé qué preferir en este punto, con toda sinceridad.

Volvió a observar alrededor, los greenies estaban quietecitos y amarrados. Negó y se acercó lo más que pudo a la fémina, acuclillándose frente a ella y observándola con detención. Le quedaba claro que ella no era uno de los Creadores o que hubiera sido enviada por ellos para atacarlos, pero igual no podían fiarse.

—¿Quién eres? —¿También estaría en busca de la cura?—. ¿Hay más de ustedes?

Desde que habían llegado al Maze jamás había tenido conocimiento de féminas en el lugar. ¿Cómo era que repentinamente aparecía una?

Aquello simplemente sólo podía significar una cosa según su lógica: Problemas.

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'Halloween_Que sigue' :

Y va el otro dado.

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'Halloween_Ahora que' :

Para agilizar la misión (ya que casi es fecha límite), se tirará dado "Halloween ¿Ahora qué?"- cada que se lance algún dado de "Halloween ¿Qué sigue?". Dicho será lanzado por el líder cuando el participante en turno termine la jugada completa, e inmediatamente después aparecerá la administración.

Continuando...

Todo aparenta que se ha tranquilizado y por el momento nada parece atacarlos... sin embargo, para los que están en la arena las cosas no son tan lindas pues, hay algo que se mueve abajo raspando por sus piernas.

Tienen dos rondas para descubrir qué es.

Había logrado asegurar el bienestar de su compañero cuando se pasó el antebrazo por la frente para así sacarse el sudor que caía por esta y tornar su vista hacia el muchacho asiático quien había echado un cable a la muchacha que hacía escasos segundos estaba amenazando con un cuchillo pegado a su garganta. Se aproximó al líder de los runners tomando aire tratando de parecer relajado, aunque viendo las cosas como estaban prefería seguir alerta como hasta ahora.

Enarcó las cejas mirándole, tallandose la sien con los dedos - Lo lógico sería ir a por ella ¿No? No es que hayamos venido a otra cosa, y viendo como está el glade debemos hacernos con ella - Por primera vez en el tiempo que estaba en el glade del terror, se estaba mostrando lo suficientemente serio como para poder ser tomado en cuenta, dentro de lo que cabe, era a lo que habían ido, aunque por dentro estuviesen temblandole hasta los capilares.

Se llevó las manos a las orejas ante aquellos alaridos que apenas dejaban que escuchasen a los que se encontraban con ellos, viendo a los que se encontraban atrapados tratar de mantener el miedo a ralla, menos a aquel que seguía forcejeando con la cuerda tratando de salir, por lo que se acercó con cuidado para que este pudiese escucharlo - Como sigas así vamos a volver con uno de menos, así que por favor, muestra que eres un maldito runner, valiente - Quizás se había ido de la lengua pero los nervios que tenía encima en ese momento lo superaron.

Se puso nuevamente al lado de Minho, elevando la voz para poder ser escuchado por el asiatico - Haré lo que decidas, incluso si supone ir solo hasta esa maldita caja - Pasó una visual por el panorama que se extendía, resoplando, debían meterse en aquella tierra si querían conseguir aquella cura para los suyos, y con la chica, debían darse prisa si no querían que esta se la quitase.

Apretó las manos contra los oídos imitando al otro, apenas podía escuchar sus pensamientos como para entender de qué diantres hablaba el otro. ¿De verdad no estaban de broma? Aparte de toda esa mierda de bichos trepadores y trampas mortales, ¡¿ahora también querían joderlos de los oídos?!

Tuvo que esforzarse mejor intentando escuchar al otro, y a medias, leyendo sus labios, es como pudo unir frases coherentes. Lanzó una mirada alrededor nuevamente y sobándose la nuca (porque ya le dolía del estrés), analizó la situación y alternativas.

Primero: Estaba claro que esos shanks en la arena no iban a salir pronto.

Segundo: Existía un 50% de probabilidad que aquello fuera la Cura y no contaban con suficiente tiempo para esperar más opciones a ver si la otra mitad cambiaba de bando.

Tercero: Poco a poco estaban cayendo y a ese paso no quedaría nadie para terminar la misión.

Cuarto: ¡Justo eso también les faltaba! ¿Y si había más mujeres ahí? Seguro también andaban por lo mismo que ellos y... definitivamente no iba a permitir que se la llevaran.

—Agrrrr.... —gruñó. ¡Demasiadas opciones!

Y volvió a tronar otro grito que le arañó hasta la médula espinal haciéndole encogerse y apretar los dientes con dolor. Tuvo que pasarse la mano por la cabeza varias veces intentando quitarse la sensación horrorosa.

—No podemos seguir perdiendo tiempo —dijo por fin.

Algo tronó, un sonido un tanto familiar que obviamente no deseaba escuchar ahí, así que giró sobre su sitio buscando con apresurada atención, más desesperado de lo que debería y con el corazón acelerándosele un poco. Cuando el otro intentó hablar, él le pidió silencio e intentó volver a escuchar mejor.

Uno.

Dos.

Apretó los ojos y respiró hondo, un poco más tranquilo pensando que bien podía haber sido sólo su imaginación y que, aquel espeluznante arrastre tan característico de esas criaturas, de verdad no había sucedido. ¿Quizás el estrés estaba tocándolo ya?

Giró al med-jack, aunque igual así no pudo evitar estar al pendiente de su espalda y con los sentidos alertados. —Nos separaremos —relamió los labios; la idea no le gustaba del todo pero no tenían más opciones. Así que... —hizo un gesto a uno de los runners que estaban de pie, él intentaba enrollarse un pedazo de tela en una herida—. Irás con el med-jack por aquel lado —señaló a la derecha—; tú —otro, uno rubio bajito pero que parecía muy decidido y de nombre Brandon, ni dos segundos ya estaba listo y con arma en mano—, te quedarás con ellos. Yo iré por el otro lado. Vamos a intentar rodear, no sabemos si exista una manera más fácil de acercarnos —y por final se dirigió a la chica—. Arreglaremos cuentas en otra cita, aún tengo preguntas para ti.

Tenían prioridades, así que para poder salir de una buena vez de ese shuck lugar, lo mejor era moverse.

Aquellos chillidos nada agradables, comenzaban a hacer que le diesen ganas de meter la cabeza en aquella arena donde sus compañeros estaban atrapados con tal de no seguir escuchando aquellos lamentos lastimeros que le hacían perder un poco la compostura, aunque trataba de relajarse y afinar el oído lo suficiente para poder escuchar las palabras del runner al mando, aunque realmente era extremadamente complicado centrarse con aquellos alaridos que arañaban hasta sus entrañas.

Cuando el contrario le mandó callar, pudo apreciar un sonido poco familiar para él, pero parecía que su compañero lo reconocía, cosa que hizo que algo se revolviese en su interior, quizás había sido miedo, o quizás simple curiosidad, pero lo cierto es que no iba a preguntar en aquel momento, solo quería saber que estaba pasando y terminar de una vez con aquello, agarrar la cura y correr como alma que lleva al diablo de vuelta al glade para poder tratar a sus compañeros.

¿Separarse? No estaba seguro deque aquello fuese a ser una buena idea, sobre todo para él, no estaba familiarizado con la presión que estaba sintiendo en su propia carne, ahora entendía por que casi ningún chico quería prestarse a ser runner. Podía parecer muy excitante, conocer el laberinto, vivir "aventuras" pero realmente era estresante, no sabía como los chicos que estaban allí no se habían vuelto locos ya, tanto tiempo corriendo por aquellos pasadizos cambiantes al acecho de los malditos grievers que, por como sonaban algunas veces en el Maze por las noches, debían ser bastante temibles.

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'Halloween_Que sigue' :