1º Misión, descubrimiento del Glade Mixto- TERESA

ejó la mochila a un lado de ella, liberando por fin a sus hombros de la carga. La abrió, sacando de allí un sándwich de vaya a saberse qué. La comida del lugar no era la mejor, pero sabía que no debía quejarse. Los cooks hacían lo que podían con las cosas que les enviaban cada ciertos períodos los creadores. Bufó entre dientes, volviendo toda su atención a Thomas. Alzó una ceja, no sabía si esperar algo del chico, pero el hecho de que la hubiese salvado dentro del laberinto decía que quizás ya no la odiaba tanto como lo había demostrado gritándole unos días atrás.

e mordió el labio inferior durante todo el proceso, resistiéndose a no hacer evidente su dolor. No debía quejarse, debía ser fuerte. Eso era lo que se repetía todo el tiempo en su mente. Terminó su comida en el mientras tanto, y sólo se dedicó a observar a su nuevo med-jack. Una pequeña sonrisa asomó por su rostro cuando por fin terminó, mientras le echaba una rápida ojeada al resultado final de su pierna. Siempre hubiese sido mejor que el griever no la alcanzara, pero algo era algo. ─ Gracias, de verdad ─ masculló con suavidad, totalmente sincera. El calmante que le había dado había hecho efecto al instante, y ya no sentía ni pizca de dolor. Pero, por otro lado, sus párpados comenzaban a pesar y no estaba segura de poder soportar mucho tiempo más despierta.

legó a la conclusión de que resistiría mientras pudiera. ─ Tú duerme tranquilo ─  concedió, sin atreverse a manifestar en voz alta lo que pasaba por su mente. Se estiró a su lado, y fijó la vista en las estrellas. ¿Serían reales? El clima del lugar y el hecho de que jamás lloviera, le hacían pensar que estaban dentro de un galpón viendo fantasmas. Eso, o había visto demasiadas películas antes de que le borraran la memoria. Se restregó los ojos con la palma de la mano, niña, mientras se concentraba en la nada, y en estar dispuesta a hacer lo posible por no complicarle la vida a Thomas a la vuelta. El sueño la tomó desprevenida, tanto que no lo notó. Ahora sólo restaba que se hiciera de día y las puertas los dejaran salir de allí.

o observó silenciosa mientras él se encargaba de esconder todo en unos matorrales; esperando que no los encontrara algún corredor en alguna de sus salidas. Sus ojos se abrieron por demás cuando le pidió que se subiera a su espalda para sentir menos dolor. Además, eso sería bueno para disimular, porque de lo contrario sería algo extraño haber llegado en tan buen estado hacia allí. ─ No lo haré ─ exclamó con el ceño fruncido y una mueca de horror, aunque por otro lado sí quería hacerlo. A regañadientes, el chico terminó por convencerla simplemente con su mirada. Intentó concentrarse para no moverse demasiado y ser lo más liviana posible, como si eso fuera posible. En no demasiados minutos atravesaron las puertas, las cuales con un chirrido avisaron que comenzaban a cerrarse. Vaya que habían tenido suerte, por fin. Varios gladers se acercaron a ellos, y allí cayó en la cuenta de que habían estado un día entero fuera, sino más. Eso sí que debía resultar extraño para el resto. Agradeció que Thomas la sacara de en medio indicándole a los med-jacks que la llevaran, y poco tiempo después ya se encontraba en una cama de la homestead sumida en pensamientos idiotas a causa de más medicamentos y sedantes.