Expedición al Glade Mixto, mini misión, Grupo A

Para él era más que normal regresar día con día a ese lugar, incluso para el moreno, pero para el rubio... probablemente estaba sobrepasando su día a día. Lo cierto era que, fuera lo que fuera, seguía siendo el mismo Maze de siempre, sólo que, y definitivamente, no con los mismo caminos del día anterior.

Paredes gigantes e inalcanzables donde en algunos sitios apretaba la maleza y en otros se perdía. Esos shanks anuncios de WICKED perdidos que parecía estar ahí con y sin alguna razón. Piedras resquebrajadas gracias a las patas de esos klunk bulbosos que iban dejando al arrastrarse. Agrrr... sólo de recordarlo podía escamarse la piel de cualquiera. Más piedras, más paredes, caminos...

Giró a ver a la derecha justo en una esquina, escondido y confundiéndose estaba nuevamente ahí esa cosa: Un escarabajo navaja. Podía verse claramente sobre su piel pasándole encima esa palabra, la misma de los anuncios: WICKED. Aún no sabían qué era, pero sí sabían que estaba relacionado completamente con los Creadores.

Bajó el ritmo del trote al percibir como Newt iba más lento, adelantándose a pensar en que quizás la pierna le seguía molestando. Él podía ser muchas cosas, pero conocía al rubio para bien o para mal, y sabía perfectamente que no se encontraba bien desde que regresaron de aquella primera expedición.

Sintió remordimiento.

Realmente él debió insistir más a Alby, quizás haber pasado por alto el castigo de Thomas o bien, ir solo...

—Pero no fue así —pensó con cierta amargura.

Se rascó la cabeza en gesto de querer arrancarse los pensamientos y optó por seguir observando sin perder atención por si aparecía algo o, en el peor de los casos, a un Griever se le ocurría pasear a esa hora (cosa que estaba comenzando a ser normal). Aunque prefería pensar en que si sucedía, por lo menos le escucharían a suficiente distancia como para correr.

Ajusto mejor entonces su cinturón al pecho, ése que siempre llevaba donde se guardaba un cuchillo grande que le había servido desde siempre para sobrevivir. También ahí guardaba pomada para golpes y dos vendas pequeñas mal dobladas por si se requería el caso.

—Todo un botiquín —se había burlado Newt alguna vez.

De paso, también se ajustó mejor la mochila. No muy grande para no llevar peso de más. Contaba con ella para guardar un apropiado lonche de tres sentadas (nada ostentoso, sólo eso, simples lonches de mantequilla de maní. Mucha mantequilla de maní); dos botellas de agua (prefería que fuera así para distribuir bien el peso, pues por dentro había arreglado su mochila para colocarlas en posición de que no se moviesen); papel y lápiz, una soga larga pero delgada, otro cuchillo grande de repuesto y un par de tenis. Lo último era porque ya le había pasado el incidente, y era bastante difícil correr entre grava y baba de Griever sin causarse una lesión.

De ropa llevaba lo de siempre. Sus guantes, muñequeras y rodilleras, también llevaba tobilleras. El cinto que le ajustaba el pantalón café de siempre, botines especiales para correr que eran duros resistentes a la terracería y suela antiderrape; la camisa de botones gris, su favorita, que solía arremangarse. En realidad casi siempre usaba el mismo estilo de ropa, además, no es como que Los Creadores enviaran muchísima variedad.

El escarabajo navaja pareció verlos durante un par de segundos y después volvió a perderse, él supo que era perder el tiempo intentar atraparlo, ya hacía tiempo varias veces se habían dedicado a ello sin éxito.

—Allá —indicó por fin. Ya había reconocido un muro. Sabía que no era el mismo Maze de el día anterior, pero sí lo era de ese mismo día que fueron al Glade Mixto; aquello había sido una muy buena idea de Newt, así evitarían deambular para adivinar si lo encontraban. Más adelante la maleza comenzaba a perderse y el camino se volvía gris.

Volvió a subir un poco el paso para que los otros dos le siguieran, pero sin atrabancarse pues, perder energía sin necesidad estaba de más. Tenían que prevenir por si se presentaba alguna situación.

Probablemente había estado observando las puertas del Glade como cuando salía todos los días, con esa mezcla de urgencia y entusiasmo porque sí había respuestas al qué hacían ahí y cómo saldrían… estarían ahí afuera y no dentro de los muros tras los que vivían; quizás por eso Minho le había lanzado esa mirada de incomoda preocupación que le empujó a responder con un sarcástico “¿Qué miras shank?, si lo hago simplemente por los calzoncillos”.

Suaves y ligeros calzoncillos porque si uno iba a ser devorado por un Griever (seguro que los Creadores pensaban así) nada como andar fresquito y cómodo allá abajo...

Había sonreído a medias por su propio comentario y antes de escuchar si Minho respondía, había sido el primero en correr internándose entre los pasillos del Laberinto; al final la decisión de los Keepers había implicado realizar esa excursión, investigar el lugar y como él la había apoyado, ante la falta de voluntarios, se había sumado sin problemas considerando que no podía quedarse de brazos cruzados cuando estaban yendo tan pocos.

Tenían que hacer algo, no sentarse a simplemente esperar que todo se solucionara; además, la pierna le incomodaba pero no al punto de volverle una carga para sus compañeros.

Se sabía capaz de estar ahí, de correr y regresar.

De refilón se fijó en el escarabajo navaja que les seguía, estaba seguro que los otros también lo habían visto, pero no era un detalle tan extraño como para ponerlo en voz alta; aunque esos bichos le recordaban precisamente a esa última ocasión… claro que no iba a detenerse a pensar en ello, siguió corriendo ahora a la mitad del grupo pues había bajado el paso lo suficiente para no sentir que trataba de demostrar algo innecesario.

De cualquier forma había sido precavido, antes de salir, se tomó el tiempo de vendarse el tobillo derecho de tal forma que apretara la zona y aminorara la incomodidad; el vendaje no se notaba, así que había estado satisfecho con ello y dándose prisa se había terminado de colocar las calcetas y botas para correr que todo Runner usaba. Vestía además la sport que alguna vez había sido naranja, y que ahora lucía de un tono opaco,  sobre ésta llevaba la camisa blanca arremangada y en ocasiones aún se sorprendía de olvidar que esa camisa tenía una capucha que jamás usaba.

Llevaba además una muñequera en la mano derecha, un cinturón del que estaba sujetó un pico de unos 30 centímetros que los Track Hoes usaban para sacar raíces pequeñas de los campos de cultivo; y otro cinto más de cuero que atravesaba su pecho del hombro izquierdo al lado derecho de su cuerpo, éste sujetaba a su espalda la funda del machete que jamás dejaba de lado y si bien solía llevar una mochila al flanco derecho está vez la había reemplazo por una que cargaba a la espalda y que Minho se había tomado la tarea de armar reparando el contenido bajo su atenta mirada, llevaba entonces: dos botellas de agua, un lonche de mermelada, tiras de carne seca, varios metros de soga enredados formando un 8 y un trozo de papel doblado con su respectivo lápiz.

Se frotó el antebrazo izquierdo, atado con correas, ahí llevaba un último cuchillo que podría sacar con rapidez usando la mano derecha.

—Allá.

Miró al pelinegro y no pudo pasar por alto que éste seguía llevando la que había sido su mochila. Claro que ignoró el detalle y se fijó en el camino que tenían que seguir, las paredes del laberinto tenían menos enredaderas, el espacio se volvía ligeramente más amplio a la derecha y el pasillo de la izquierda se alargaba antes de topar con pared y abrir senderos hacia el norte y sur.

Realmente no parecía haber algo extraño ahí, las cosas continuaban precisamente como ellos las habían visto esa última ocasión y de hecho… estaban llegando al punto en donde el Griever apareció desde la parte alta del Laberinto resbalando entre baba y chasquidos metálicos.

—Shanks —les llamó porque le pareció que había algo extraño—, mantengan los ojos abiertos.

Todos sabían que ese no era un día de campo pero nunca estaba de más hacerles saber que tenía un presentimiento y de que no era precisamente bueno.

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'Probabilidad' :

Minho no había frenado su shank bocota pero se tomó con humor su comentario hasta que, un par de minutos después, reconoció lo que se acercaba por el pasillo sin necesidad de verlo…

Clic-clic-clic-clic

… su mal presentimiento no había estado equivocado.

Ese chirrido metálico se extendió por el Laberinto y luego, sin falta, el traqueteo y un horroroso lamento cortó el silencio del lugar.

Apareció rodando desde el lado izquierdo del pasillo, ellos avanzaban por el extremo derecho y tenían que llegar hasta donde ambos pasillos se unían para poder seguir el camino hacia el nuevo Glade. Observó al Griever, las púas metálicas se retrajeron cuando el cuerpo bulboso se abrió y éste avanzó lento hacia ellos, unos segundos después volvió a convertirse en una esfera carnosa y los repiqueos del metal se repitieron debido a que los brazos con las agujas largas y los artefactos cortantes chocaban una y otra vez contra los pasillos de piedra.

—¡Klunk! —detestaba esas cosas pero tenían que correr directo a ella y doblar a la derecha cuando el pasillo estuviera a la vista—, ¡hay que pasar antes que el Griever llegue!

Estaban en un cuello de botella y si no alcanzaban a llegar, si el Griever les cerraba el paso, tendrían que retroceder.

El Griever rodaba y avanzaba a prisa, atacando con picotazos de las armas y jeringas, pero luego se abría para arrastrarse anclando las patas metálicas al suelo para arrastrarse y gemir dolorido; no era la primera vez que pensaba que esas cosas estaban vivas, obviamente no eran una máquina al cien por ciento, pero si alguien le había colocado todas esas cosas espantosas encima a una criatura que sentía…

Tirrrrrr, el Griever se arrastraba de nuevo.

… ¿qué clase de personas serían los Creadores?

—Quince segundos —murmuró mientras se armaba con el machete, ese era el tiempo que tenían entre los cambios del Griever; había quince segundos entre ser esa bola metálica, totalmente peligrosa, y otros quince de ser la criatura lenta que aun así lanzaba picotazos.

La misión era llegar al Glade, así que no podrían dudar de lo que harían. A pesar del tiempo que llevaba sin ser un Runner, nunca iba a olvidar que si se quería sobrevivir en ese Laberinto había que tomar decisiones abruptas y siempre considerar los riesgos que vendrían con éstas.

Derrapó al detenerse tan de golpe y la realidad le pareció absurdamente cómica; aún así no se dejó intimidar por la situación y escuchó atentamente al rubio mientras observaba hacia donde indicaba.

Asintió.

Aquella maldita cosa bulbosa que aparentaba ser más una babosa deformada que otra cosa, se acercaba cada vez más, escupiendo esos lamentos a intervalos y, cada que esos clavos se amarraban al piso, rompiéndolo. El sonido escalofriante de aquel chirrido tan particular de él, sólo era roto por los metales de los casquillos chocando y el zumbido como el de una sierra cada que se movía.

Whirrrr...

Click-click-click

Whirrr...

Click-click-click

Los clavos no dejaban de encajarse y arrastrar, encajarse y arrastrar.

Whirrr...

Y volvía a hacerse ovillo para avanzar.

Click-click-click

En lugar de seguirse nauseando con ello y soltando el deseo por taparse las orejas para dejar de escucharlo, Minho se obligó a correr tan rápido como podía, asegurándose que los otros dos shanks fueran a su lado. Saltó unas rocas a medio pasillo y medio derrapó, pero se incorporó de inmediato.

Estaban alejados pero no lo suficiente como para desistir. Aquel pedazo de klunk no iba a cerrarles y a obligarles a seguir oliendo su podrida carne bajo un concierto de lamentos que te fracturaba hasta la espina dorsal.

Escupió a un lado con asco y secó el sudor a su frente, el corazón le bombeaba tan fuerte, pero no sabía si era por el esfuerzo o el miedo que tenía.

Otro click-click-click le avisó que quizás no iban a lograrlo.

De refilón pudo apreciar a un escarabajo navaja, por su mente cruzó la idea de que aquello era obra de los Creadores, es decir, que estaban vigilándolos y que ese Griever no estaba ahí sólo para invitarlos a una cita.

Whirrr...

Era el momento. Se impulsó con fuerza hacia adelante en el último segundo mientras esa cosa se estabilizaba y saltó para lograr pasar al otro lado. A sus pies apenas pudo sentir como esa garra metálica intentaba gancharse a un pedazo de él.

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'Pasillo' :

Normalmente los chirridos, lamentos y todo el repiqueo de un Griever era algo que escuchan a espaldas de ellos; y estaba seguro de que esa era la primera vez, al menos para él, que corría de frente a uno acercándose más de lo que hubiera deseado hacerlo. No parecía algo muy sensato, probablemente por eso llevaba el corazón a la altura de la garganta y la mano tan apretada a la empuñadura del machete que no sentía más que su propio pulso acelerado.

Morir era algo muy sencillo, bastaba equivocarse al decidir, dudar a último momento, no ser lo suficientemente rápido e incluso podía ser cosa de mala suerte…

Tiempo atrás él ya había tenido un mal día en el Laberinto, no estaba dispuesto a repetirlo.

Whirrr...

Frenó de golpe, viéndose obligado a cambiar de dirección con rápidez aunque eso implicara choca contra el muro derecho del Laberinto.

Minho había pasado pero la cuchilla metálica con la que el Griever había tratado de sujetar al Keeper, cayó pesadamente cerrándole el camino. Aun así tenía que considerarse afortunado porque la mitad del cuerpo del Griver, aparentemente al intentar doblar por el pasillo mientras aún era una esfera, terminó pegado a la pared al abrirse. Rodeándole, logró pasar por detrás esquivando los brazos metálicos que atacaban al azar.

“Shank”, pensó al fijarse de reojo en el pelinegro, “¡sigue moviéndote!”

Éste tenía que correr, ellos iban sólo un par de segundos detrás de él.

Tirrrrrr, tirrrrrr

El Griever volvió a arrastrarse, enterrando en el concreto del Laberinto las patas filosas y algunas de las cuchillas; los brazos con jeringas y luces parecían dar estertores mientras la criatura acomodaba su cuerpo de regreso al suelo.

—¡Klunk! —exclamó, agachándose y trastabillando cuando el Griever trató de darle un pinchazo que terminó haciendo ruido en la pared.

Ahora tenía un incómodo cosquilleo en la nuca porque aquello había estado demasiado cerca, inhaló hondo y miró hacia atrás sólo para ver la esfera reencaminándose hacia ellos. ¿Y si les seguía y entraba hasta el nuevo Glade? No había nada en ese lugar para defenderse ni mucho menos dónde esconderse.

—Hay que cortar las enredaderas —murmuró para sí mismo, cayendo en cuenta de que necesitaban tiempo y hacerse de una oportunidad—, ¡corten las enredaderas! —y dio un tajo sobre la pared—. Necesitamos tantas como puedan cubrir el suelo —las cuchillas del Griever obviamente despedazarían las primeras pero si había las suficientes, en algún punto se enredaría al arrastrarse o cuando menos demoraría su paso.

Gruñó ante el apuro del otro, era obvio que tenían que apurarse.

—Maldi-o s-k fa-e —se quejó entrecortado, apenas podía mantener la respiración suficiente para seguir corriendo. Detestaba que le estuvieran diciendo algo que ya sabía.

Se lanzó a un lado y jaló de pasó a Steph con él evitando para ambos una dolorosa pinza, desde el suelo pateó como pudo la jeringa que le venía encima y volvió a la huída; Newt llevaba unos pasos adelante y había comenzado a cortar enredaderas.

Sin pensárselo dos veces tomó el cuchillo a su espalda y comenzó a cortar una y otra y otra, y aunque el brazo comenzó a arderle, sólo apretó mejor la empuñadura y siguió. Las enredaderas detrás de ellos que comenzaban a caer iban amontonándose y dificultando el camino, aunque también los enlentecían.

—¡Corran unos metros! —ordenó echándose hacia atrás en un jalón cuando la garra le pasó rozando el pecho, pateó algunas ramas al piso sobre esa cosa y siguió corriendo con la esperanza de que tardarse aunque fuera un poco para quitárselas de encima.

Pero siguió ese clik clik clik del demonio que le escamaba, cada vez más cerca.

Cerró los ojos con fuerza y corrió aún más rápido mientras cortaba y cortaba, ahora con la izquierda pues la derecha jalaba las lianas para agilizar el corte y luego las lanzaba lo mejor que podía para el camino donde traqueteaba esa cosa.

Al paso que iban no podrían seguir escapando.

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'Defensa' :

Siguieron avanzando hacia la derecha, izquierda, otra vez derecha y luego todo al frente hasta que volvieran a encontrarse con otra pared; por ahora aún había lianas que cortar, las paredes estaban cubiertas de éstas y no en vano había afilado la hoja del machete anticipándose a que tendría que usarlo en algún momento de esa misión.

El filo repicaba contra la piedra pero el sonido era muy diferente al que hacia el Griever, creaba un eco limpio y no aquel espeluznante que le erizaba la piel.

[i}—¡Corran unos metros![/i]

Alcanzó a observar al Griever y esa pinza que se alzaba, el Keeper la esquivó y viéndoles bien no dudó en obedecer la indicación y seguir corriendo.

Sujetó un par de lianas, las tensó y las cortó de un tajo firme para arrojarlas por encima de ambos shanks; una cayó sobre el Griever, la otra se quedó a medio camino en el suelo mientras la criatura avanzaba soltando uno de aquellos quejidos adoloridos.

—Ya no estamos tan lejos…

Y eso era tan bueno como malo, ¿el Griever se detendría?

Click-click-click

Inhaló por la nariz, sintió un dolor en el costado y soltó el aire por la boca sólo para cerrarla y contener el aliento por un segundo; debía de hablar menos no estaba tan en forma como en el pasado, a veces lo olvidaba y su cuerpo se lo recordaba de maneras vergonzosas.

“Derecha”, estiró y apuntó dos veces moviendo el brazo en la dirección correcta cuando toparon con la pared.

Os habéis topado en un callejón sin salida, y el griever no tardara en cazaros, pero... que es ese hueco del muro....
Para vuestra suerte, el hueco tiene el tamaño suficiente para que podáis pasar de uno en uno, pero no para que el griever pase a través de el.

El ultimo que entre tendrá que tirar el dado de defensa para saber si el griever ha conseguido herirlo o no.

Al otro lado seguis en el laberinto, de modo que el líder debe tirar de nuevo el dado, esta vez el dado de pasillo.

Seguían corriendo y, lo peor de todo es que el camino terminaba en un callejón sin salida. Pero, ¿por qué? Se supone que habían tomado la dirección correcta.

Se detuvo de golpe antes de que se estamparan contra la pared y buscó inmediatamente alrededor, encontrando un espacio por donde podrían pasar. Sin pensarlo dos veces agarró a Steph por la nuca y le casi aventó por él, para girarse a Newt quien seguía cortando lianas y se preparaba para la pelea.

—¡Apúrate shuck-face! —Minho apretaba fuertemente la mano a la empuñadura mientras tensaba la mandíbula al punto que la quijada se marcaba más de lo normal—, o patearé tu trasero hasta que me canse.

El Griever estaba frente a ellos aterrizando sobre sus traqueteados clavos y soltando ese sonido metálico que parecía succionar, para después soltarse en alaridos lamentosos. Parecía verles (o eso intentaba imaginar) ahí, detenido; sus brazos habían comenzado a moverse hacia ellos y esas luces apuntándoles descontroladamente.

Era horripilante.

El tlake tlake de las garras abriendo y cerrando y los metales chocando unos contra otros.

El Keeper Runner sintió como se le revolvían las tripas ante tal imagen, ya anteriormente había estado en esa situación, que no llevaba mucho para su gusto, y no es como que hubiera deseado volver a encontrarse ahí.

—¡Apúrate shuck-face!

Si no conociera lo suficiente a Minho podría llegar a pensar que realmente le patearía el trasero hasta el cansancio pero el pelinegro era así, rara vez decía las cosas de forma amable aunque en realidad se estuviera preocupando por otros; era el carácter del Keeper y quién sabe, era probable que se mantuviera fuerte gracias a detalles así.

Respiró hondo al frenar, había cortado un par de enredaderas y tomó la más larga enredándola.

—¡Sujeta ese extremo!  —le pidió al chico que ya estaba al otro, arrojando la enredadera.

Se volvió hacia el Keeper de los Runners y aunque había pensado en cruzar la pared primero, cuando notó que éste seguía observando al Griever y que podía tener alguna klunk ocurrencia heroica, le dio un tirón para hacerlo reaccionar y luego prácticamente el empujó hacia la entrada. Minho era el mejor Runner que tenían y aunque últimamente hablaran poco, era también su amigo… y no iba a dejarle atrás.

Aún con el Grievers rechinando y acercándose, el pensamiento le sentó reconfortante. Por cosas así tenía que proteger el Glade y encontrar una salida, y si Alby no era el líder...

¡Klamp!

La cuchilla pasó por encima de su cabeza pero logró agacharse y entrar al agujero de la pared, el muró no era tan grueso como había tenido que fuera y sólo tuvo que empujarse una vez para mirar hacia el otro lado del pasillo; detrás de él escuchaba al Griever raspando la pared, la criatura no tardó más que unos segundos en entender lo que ocurría y pronto dos de los brazos metálicos se empujaban dentro del agujero de la pared.

Lanzó una patada, evitando que le sujetaran y arrastraran, pero siseó cuando una cuchilla alcanzó a rozarle la pierna.

—Klunk! —maldijo al rodar fuera del agujero—, eso estuvo cerca —bufó, pegando la espalda a la pared mientras se levantaba y revisaba la herida.
Era un simple corte, no iba a desangrarse ni había sido picado.

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'Defensa' :

—¡Serás shank! —fue lo primero tras acercarse y lanzarle una mirada para ver cómo se encontraba, entendiendo que no era nada del otro mundo—, la siguiente no voy a avisarte —gruñó girándose a ver al frente.

A su espalda estaba el Griever intentando pasar, no cabía pero, tampoco quería tentar la suerte que hasta el momento llevaban. La pared tronaba y pedazos de roca caían con cada sacudida que éste daba para romper y cuando las agujas pegaban contra el concreto, rasgaban de manera dolorosa taladrando los oídos.

Se rascó la cabeza pensando y decidiendo, aún el camino no terminaba de parecerle familiar, pero estaba seguro que avanzando unos pasos iba a ubicarse y retomarían el adecuado; además...

Volvió nuevamente su vista para atrás.

... quedarse no era una opción viable.

—Muevan sus klunk traseros, cuando lleguemos descansan o lloran como nenas si quieren.

Se afirmó la mochila, limpió parte del sudor de la cara y comenzó nuevamente el trote.

En el siguiente ya llegáis al claro.
Habéis conseguido despistar a los grievers

—¡Serás shank!

Aún estaba ahí para escuchar el insulto así que lo tomaría como una buena señal.

—Super… —le sonrió al Keeper tras su advertencia porque aún no recupera el aliento como para gastar más palabras. Además, ya se encontraban del otro lado del pasillo y completos, se pasó la mano por la pantorrilla para reparar que tenía un corte superficial que corría de arriba abajo y sangraba poco.

No le molestaba realmente, sentía la pierna, no estaba mareado ni tenía de un color diferente la piel cercana al corte y todo eso también era una buena señal porque uno nunca sabía qué clase de cosas podían salir de un Griever.

Soltó el aire y se fijó en ambos chicos casi al mismo tiempo en el que Minho habló, obligándole a dar una mirada hacia el agujero.

—Estás de broma —intercambió miradas con el pelinegro y probablemente había pensado igual que éste porque al ver cuatro de las patas aferrándose a los bordes del agujero, no quería quedarse ahí a averiguar si el Griever era capaz de apretarse y contorsionarse lo suficiente como para deslizarse a través de éste.

Algo crujía, como huesos rompiéndose, mientras el Griever soltaba esos “slups” de cuándo succionaba los brazos metálicos dentro de su cuerpo.
Las patas arañaban la pared y parecía que la Criatura se empeñaba en pasar.

Dio un prudente paso atrás y cuando el Runner soltó esa orden, afirmó colocando el machete a su espalda antes de volver a correr.

—¡Shanks, miren allá! —justo al frente tenía esa puerta tan similar a la de su Glade, abierta de par en par, el verdor de los pastos parecía algo irreal cuando ellos aún se encontraban pisando un suelo árido, rodeados de muros resquebrajados y pasillos intrincados.

Corrieron por última vez y al poner un pie en ese Glade vacío, el olor a tierra húmeda les recibió de una forma casi idéntica a como si estuvieran en su propio Glade.