Noche de acampar

Recuerdo del primer mensaje :

Un campamento suena genial, piensan, así que eso hacen. Malvaviscos, comida grasosa y azucarada, linterna y calzoncillos limpios es lo único que se requiere, aunque, en el caso del tío Dean... cerveza ¡mucha cerveza!

Es de noche, llevan de llegar dos días ahí. Un bosque arrullado por los sonidos de la naturaleza y exaltado por la mudez de estar lejos de la ciudad, a treinta metros un lago demasiado extenso. Y a muchos, muchos kilómetros, la civilización.


Tiempo de duración: Mes de Octubre.

¬¬...

El miembro 'Minho' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Nombre' :

DADO: CASTIGO

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#1 'Castigo' :


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#2 'Sí/No' :

Penitencia....

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'Penitencia' :

Según Newt debo permanecer pura y casta XD

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'Penitencia' :

—Entonces yo me voy.

—¡Espera! —saltó inmediatamente de sus labios y avanzó un paso con la idea de seguirlo, pero la mano de Rob le detuvo y tuvo que voltear a verlo para entender qué pasaba. Lo golpeó verlo así.

—¿Cuánto tiempo?, ¿cómo? Frankie. No te vayas.

Y con brazos temblorosos y boca seca correspondió el abrazo sin saber bien qué responder. ¿Le decía que cada año lo veía desde lejos? No... No podía. Y a todo lo demás no tenía siquiera idea.

Buscó con la mirada a Nikol, éste se había detenido y le observaba desde medio camino, más cerca Rachel seguía esperando con brazos cruzados.

—No me iré... —bajo, la voz se le ahogó al final de la frase e instintivamente le besó en la coronilla de la cabeza cerrando más fuerte el abrazo antes de masajearle la espalda con una mano—, no quiero —y con eso último le dedicó una mirada profunda al rubio—. ¿Por qué no vemos todos el eclipse? Podría ser divertido —intentó sonreír aunque el esfuerzo se le quebró un poco y tuvo que esforzarse más—. No sabía que hoy habría, ¿de qué es? Me gustan esas cosas ¡son geniales!

Había seguido con ilusión el círculo perfecto que hacía la botella al girar. Newt, alcanzó a verle con los ojos como platos y la respuesta que profirió le dejo un extraño  sentimiento en el pecho o en el corazón, no estaba segura a que se debía si a las palabras del rubio o al montón de dulces que llevaba en el estómago y no paraba de tragar. 

Le sorprendió la facilidad con que había salido Max, sonrió solo de esperase que el chico hiciera algo ridículo. Había escuchado de las serenatas y en el fondo quería saber cómo eran pero a la final Max había decidido por un castigo. Rodó los ojos, haciéndose la dura ante el inminente sonrojo que la palabra “sexo oral” le causaba. Protesto un poco cuando observó que Max se interponía entre ella y Gauss, otra vez. ¡Joder! O ella era muy  mala dando indirectas o Max se hacía el idiota. 

Su cara parecía un degradado del color rojo justo cuando todas aquellas palabras se arremolinaban en su mente. “Dientes” “sacudidas” “mimos” Observó a Night ya que era su único consuelo en la reunión, creía conocer el miembro masculino aunque nunca con tanto detalle. Uno de esos días de acampada se había topado entre los árboles con Frank orinando, fue una milésima de segundo lo que duro antes de que el chico se pusiera rojo  y metiera a su “amigo” en los pantalones, no habló nunca de ese tema con él ¿Qué podía decirle? ¿Qué era bonito? Tomó el chupadedos que Max le tendía sabía lo que quería que hiciera con eso. Le pasó a los demás a la bolsa aun con el chupadedos en mano. Al volver se lo pego en la frente a Max. – Los puestos son fijos. – se metió entre Max y Gauss, esta vez más cerca del segundo y le sacó la lengua al primero. 

Para cuando le tocó a Minho no podía creer que de verdad lo fuera hacer. Tomó el celular que aun llevaba en el bolsillo y grabó todo lo que hacía, no pudo decir mucho salvó un par  de gritos de asombro, al comenzar y terminar. Max estaba toreándole le dio un codazo en la costillas.

Si muero envenenado ya saben la razón.

-Max ¿No me dijiste hace un rato que la última vez que te bañaste fue hace semana?– mintió y se río por debajito.
La siguiente fue ella, arrugó la cara cuando mencionaron lo del gusano. - ¡Se volvieron locos! Salmonella, lombrices, bacterias, hongos. – no sabía si todo eso era cierto pero servía para sembrarle las náuseas. Una mordida de vampiro… se emocionó y alzó la mano. - ¡Gauss! – le miró y se descubrió el cuello esperando que el asiático cumpliera el reto, le lanzó una mirada de advertencia a Minho antes de que hiciera algún movimiento tonto, de Newt no se preocupaba tanto. 

Que te mordieran no era tan romántico como se veía en las películas, se había salido al final con la suya pero no fue gratificante, el mordisco le sacó un alarido que resulto en una mirada fea al asiático lindo. Se levantó casi dando pasos ligeritos sabía muy poco de vampiros, no es que le fueran mucho esas novelas, sabía que podía ser buenas estrellas de rock y unos nostálgicos encaprichados como los describía Anne Rice, pero ¿Cómo actúa un vampiro? Ni siquiera podía actuar sensual porque sabía que la mayoría de esas cosas se le daba muy mal. Y ¿convertirse en murciélago? Eso era impensable. Se fue a donde estaba Minho, le distrajo diciéndole que le quitara un insecto al rubio, esperando que funcionara aunque no también como lo esperaba, le mordió, lo hizo tan duro como su mandíbula lo permitió esperando arrancarle un grito que cuando alcanzó a escuchar retrocedió. - Eso hace un vampiro ¿no? – sonrió como si nada. – A espera que no te saque sangre. – se volvió contra su amigo y se acercó pero no logro tocarlo, a la final solo se reía. Sabía cuánto dolía una mordida, Gauss tampoco había sido del todo bueno con ella. 

Volvió a su asiento y le dio a la botella por segunda vez, tomó un chupadedos de eso que el tonto le había dado, le gustaba mucho el sabor a fresas artificial. La botella se detuvo frente a Gauss con lentitud, por un momento se le paralizó el corazón de pensar que le tocara de nuevo.

Se quejó con la mordida sobándose mientras le fulminaba con la mirada, ésta reía. Ya iba a ver lo que era graciosos...

Se levantó para darle alcance pero ésta corrió inmediatamente, lo que terminó en seguirla hasta la colina y la cachó justo por las piernas, la jaló por los tobillos echándola a su hombro y le sentó dos nalgadas a lo que ella respondió mordiéndole en la espalda.

—Agrrr, ¡veremos que tan bien vuelas tú, cerebro de pollo! —Juno gritaba y se retorcía pero no iba a soltarla, él ya descendía rumbo al lago donde iba a lanzarla, pero la castaña levantó una mano y apuntó en dirección al viejo camino del columpio. Inevitablemente alzó una ceja y miró, se escuchaban ruidos y de lejos podía verse una silueta, claro que con la oscuridad no podía distinguirse bien.

—¿Qué mierda andan haciendo allá? —la bajó y caminó hasta donde se toparon con Nikol, ahí también estaba la dichosa Rachel y adelante Rob, que parecía estático mirando a la nada. Gruñó con mal genio y fue por el menor mientras le pasaba un brazo por el cuello y lo jalaba contra él, le despeinó la cabeza y luego lo cargó sobre sus hombros en forma de U como si se tratara de una bufanda—. ¿No te hemos dicho que no subas aquí? —y miró a los otros dos—, ustedes tampoco lo hagan —aún respiraba agitado y estaba rojo por la persecución a Juno.

El lugar se encontraba aislado y era peligroso, las piedras en la caída estaban filosas y lo que antes era un divertido columpio, ahora era una soga podrida con tablas rotas. El lugar ya lucía demasiado descuidado a lo que era antes e incluso lama bordeaba hasta el árbol ya casi seco. Y ni contar que por ahí solía haber serpientes.

Rob gruñó, se quejó y soltó unas incoherencias con respecto a Frank, de sólo escucharlo resopló, se talló la cabeza y comenzó a caminar sin soltarlo.

—Jode hombre, ¡voy a amarrarte a un árbol! —resintió un golpe a la cara con la rodilla, pero ni así le soltó; le hizo una promesa a Frank que lo cuidaría por más molesto que fuera, no iba a romperla—. Ya hablamos antes sobre el tema, ¡cálmate ya! —y tuvo que detenerse porque éste se movía demasiado, lo bajó y jalándolo por el brazo antes de que éste escapara lo abrazó con fuerza—. Venga, céntrate. Tú sabes bien lo que pasó, no me hagas repetirlo —pero Rob insistía que él seguía ahí. Giró a buscar donde indicaba pero no había nada excepto ramas rotas. Respiró hondo dándose paciencia y miró a Juno—. Algo de ayuda no vendría mal —el tema no le agradaba y mucho menos con extraños ahí—, llévatelos de una vez, aunque —y miró a Rachel—, a ella puedes lanzarla al lago.

¿Frankie sabía lo que pasaba? ¿O sería como en esas películas en donde los fantasmas no terminaban de entender lo que les había pasado y trataban de recuperar sus vidas sin saber que ya no era posible? Porque eso era Frankie, ¿un fantasma? ¿O no?

—No me iré...

Entre el besó y la mano frotando su espalda, se tragó las lágrimas y sólo le apretó más fuerte para que Frankie no fuera a esfumarse bajo su abrazo.

Sí.

El mayor lo sabía.

—Me gustan esas cosas ¡son geniales!

Escuchándole con atención, por debajo de la emoción que éste quería mostrar había una voz algo rota. Habían crecido juntos, ¡a él no podía engañarle! Hundió la cara contra el pecho del chico y de la nada sintió un tirón que le alejaba pero Frankie seguía ahí, de pie, y quién estaba alejándose era él.

Pronto le vió de cabeza y era Minho el que le alzó.

—¡Minho! ¡Suéltame! —le dio un codazo en el cuello y pataleó—. ¡SUELTAMEEE!! ¡¡FRANKIE!! ¡¡FRANKIE ESTÁ…

No supo a donde apuntar, Minho le había hecho dar vueltas y perder el rumbo al llevarle cargado.

—¡BÁJAME! —exigió—. ¡¡FRANKIE, DILE QUE ME BAJE!!

Y cuando pisó suelo, ese paso que iba a dar hacia Frankie se convirtió en un nuevo jalón que le dejó bajo el abrazo de Minho; para ese entonces ya tenía los ojos rojos y no quería escuchar lo que el pelinegro tenía para decir, su mirada vago hacia un costado porque Frankie seguía de pie mirándoles con cara triste y nadie más parecía notarlo.

Apuntó hacia Frankie y Minho dirigió una mirada a la nada.

—¡Ni siquiera lo estás intentando! ¡Mira bien!

Sabía que Frankie había muerto pero….

—¡Está aquí!

Mordió a Minho cuando entendió que éste no podía verle, sin dudarlo enterró bien los dientes y cuando éste gritó logró escaparse de ese brazo que se estiró para aferrarle.

—¡No voy a irme!

Se plantó frente a Frankie, si los demás no querían escucharle ¡bien! ¡Qué se fueran todos! ¡Él no iba a abandonar ese lugar!

—¡Frankie está aquí! ¡No voy a dejarle sólo!

—¡Espera! —No se lo esperaba... Pero le gustó.

Miró con algo parecido a la ternura como Frank parecía cuidar y haber extrañado a Rob... Se acercó casi sin pensarlo sin saber que cara poner.

—Bueno hoy es-...

—. ¿No te hemos dicho que no subas aquí?, ustedes tampoco lo hagan

—¡Minho! ¡Suéltame!. ¡SUELTAMEEE!! ¡¡FRANKIE!! ¡¡FRANKIE ESTÁ…

Minho estaba siendo innecesariamente rudo. ¿No se llevaría bien con Frank?

—¡BÁJAME!. ¡¡FRANKIE, DILE QUE ME BAJE!!

Frank solo parecía... triste y solo.

—¡Oye capitán!— Dijo refiriendose a Minho, quien al parecer no quería que Rob estuviese con el de ojos chocolate. — Relájate y suelta al chico ¿A ti que te importa con quien se junte?

Se acercó al más alto, no entendía que había pasado ¿Hablaban de si Frank estaba o no? Genial, se suponía que iba a ser tranquilo el viaje y ahora estaban peleando justo en el eclipse.

—Frank.. ¿Que?... —Juno se había acercado diciendo algo sobre que no podían estar allí. —Ya, Frank me dijo que se golpeó una vez, pero nada va a pasar ¿Esta bien?

Estaban exagerando demasiado.

No se esperaba ser perseguida por Minho, pero en conjunto con el miedo de ser atrapada y la euforia de poder ganarle le dejaban exhausta de inmediato, para cuando sintió las nalgadas del asiático, un acertado mordisco le dio en el flanco derecho de la espalda, sabía lo musculoso que era Minho y ahora empapado de un poco de sudor notaba lo asqueroso del sudor. Se arrepintió de tan al punto de lanzarle maldiciones y jalarle la camisa, golpeándole la parte baja de la espalda a la espera que cediera, no estaba preparada para el lago. Nunca se esta preparado para un baño de agua fría. Iba a comenzar a dar patadas cuando un destello rubio llamó su atención. 

Frunció el ceño, apurando el paso tras Minho, había sido muy clara la vez que le explicó a Nikol que no debía ir por ese camino, era una de las condiciones que Minho le ponía, era casi un tabú entre ellos. Castiel, le mataría si los viera ahí y Dean enfurecería.

Cuando llegó hasta Nikol, le profirió un golpe en brazo. – ¿No te dije que no te acercaras? – la preocupación se convertía en molestia al tiempo que pensaba en todas las posibilidades que pudieron ocurrir en ese lugar. Dejó para último a Rob y Rachel, sentía que Nikol era su responsabilidad pero este había cruzado la línea. 

¿No te hemos dicho que no subas aquí?

Entendía la expresión de Minho, no esperaba que reaccionara de otra manera, Rob gritaba como un niño pequeño incoherencias…

¡Está aquí!

-¡ROB!- le gritó respondiendo de alguna manera a la mirada que el chico le había dado. El muchacho no era un chiquillo y había logrado morder a Minho. – ¡No hagas eso!- le reprendió como si eso sirviera para algo, rápidamente se encontraba de nuevo mirando la nada. 

Relájate y suelta al chico ¿A ti que te importa con quien se junte? 

-¿Relajarse Nikol?- como podía decir algo así, no estaba ayudando y ahora quería golpearle en la cara y borrarle esa expresión tan tranquila de su rostro. – Rob ven, no puedes estar ahí. 

Ya, Frank me dijo que se golpeó una vez, pero nada va a pasar ¿Esta bien? 

¡Frankie está aquí! ¡No voy a dejarle sólo! 

-¡BASTA LOS DOS! – gritó tomó a Rob del brazo, tirando de él hasta donde estaba Minho. – Frank no puede estar aquí. Él no va a regresar – decirlo en voz alta  le dolía y le dolía más tener que repetírselo a Rob. – Deja de repetir que esta aquí. Porque Frank no va a volver Rob. Tú lo sabes más que nadie. – de alguna manera había logrado alejarlo de ese lugar y no lo iba a soltar. 

-Tu mueve tu huesudo trasero en dirección a la fogata Nikol, mira que seguirle el juego a Rob es bastante malo. – le dirigió una mirada pesada. Rob seguía gritando y no hacía más que espantarle.

-Maldición Rob, cállate o voy a enterrarte un puño en la garganta. – no creí en fantasmas pero que fuera tan insistente había logrado ponerla nerviosa. Esta vez busco ayuda en la fuerza de Minho, no le importaba si tenía que bajarlo con un ojo morado no podían estar allí. – Si Dean se entera de que estuvo aquí…

Estaban drogados? Quiza las dichosas cervezas traian algo...

– Deja de repetir que esta aquí. Porque Frank no va a volver Rob. Tú lo sabes más que nadie. –

Drogados definitivanente -Tu mueve tu huesudo trasero en dirección a la fogata Nikol, mira que seguirle el juego a Rob es bastante malo.

–No! Lo que ustedes hacen es "bastante malo" – dijo, algo molesto haciendo comillas con los dedos y mirando a Frank... En serio lucía afectado – Suelta a Rob de una vez y disculpense con Frank.

Era molesto, ni siquiera era divertido.

Llegó agitado corriendo, atrás venía Newt y Castiel, el último con un arma en mano al igual que él. Miró a los presentes con suma seriedad en busca de lo que sucedía hasta que escuchó como Rob gritaba agitado y luego Nikol.

—¿No he sido claro cuando hablamos con respecto a este lugar? —no solo lucía, sino que sonaba bastante molesto. Lanzó una advertencia clara a Minho y luego caminó hasta Rob, lo jaló por un brazo y cargó bajo éste sin dejarse intimidar de las palabras del menor. Con la mano libre apuntó a Nikol y luego enfatizó tanto en Juno como en Minho—. Los quiero de regreso ahora —y en señal dio a Newt la indicación que trajera a Rachel con él.

Castiel, quien también estaba molesto, deslizó la mirada a los alrededores en busca de algo más, guardó por fin el arma y esperó a que los otros chicos comenzaran a caminar.

—No estoy bromeando chicos —Juno estaba detenida al lado de Nikol, ninguno de los dos avanzaba, creó un gesto a Minho para que los movilizara y él siguió de largo con un Rob histérico.

Quería arrancar de las manos de Minho a Rob y darle de puñetazos, pero sabía, él estaba haciendo lo correcto; de ser el caso contrario, él hubiera hecho lo mismo. Y cuando el tío Dean llegó... se sintió pequeño en su lugar y tan frágil que quiso esconderse por haber hecho algo que no debía.

El tío siempre les decía que no subieran sin él, que podía ser peligroso. Aquella tarde si ellos...

Apretó los puños con fuerza sintiendo como los ojos le ardían. El ser ignorado por todos no era lo más doloroso, sino el saberlos aún tan afectados. Los conocía bien, podía ver a través de esas fachadas que mostraban.

—No debí venir... —soltó bajo, Nikol sólo logrando escucharlo. Si no se hubiera acercado a Nikol, si no hubiera aprovechado que lo veía razón supiera uno por qué, si no lo hubiera jalado a aquel lugar—. Lo lamento.

Lamentaba que hubieran sucedido así las cosas, él sólo...

Vio como Minho se acercaba, sabía lo que pasaría, lo conocía tan bien que podía incluso jurar cuáles serían sus palabras.

—Muévete —habló al mismo tiempo que él, pero contrario él no gritaba—, ¿no me has escuchado? —Y vendría un golpe a la cara, Juno gritaría y le pediría que no fuera tan rudo y luego lo arrastrarían de regreso al campamento, empacarían y se marcharían con una promesa de quizás no volver.

Así que...

—No quiero —soltó tensando los hombros.

... aquella sería la última vez.

—Yo...

La última oportunidad.

Sin pensarlo agarró por la mano a Nikol y jalándole antes que el golpe llegara, comenzó a correr con fuerza metiéndose entre árboles y un camino que no existía. Corría y corría y corría hasta que no pudiera más, pero aún así lo hacía. El grito de Juno o los pasos de Minho y Newt quedaban atrás, él siempre había sido más rápido, no iban a alcanzarlo.

Todos estaban molestos, incluso el tío Dean y Castiel, Frank se estaba disculpando... Algo no iba bien.

¡Nada había pasado! Eran demasiado pesimistas... Todo era una tormenta repentina. Incluso llevaban armas.

Repentinamente llegó Minho a gritarle, pero no era el único que hablaba.

—Muévete, ¿no me has escuchado?

—Obligame.

Todo pasó en cámara lenta, el asiático se acercó a punto de levantar un puño cuando sintió esa mano fría pero confortable jalándole.

Escuchó gritos y pasos rápidos tras ellos pero se perdieron en la hierva, corrieron un poco más aún después de ya no escuchar los gritos, pararon en seco en medio de un claro en el bosque.

—Genial... —Respiraba un poco pesado. —Estamos perdidos, todos están molestos y nos mataran cuando llegemos...

Pero...

Comenzó a reír a carcajada limpia sentándose en el piso. — Eso fue estúpido capitán, ¿Sabías? —Con media sonrisa miró a los ojos al otro.

Seguía preocupado, pero feliz.

—¡¡NO ERES MI MADRE!!

Fulminó a Juno con la mirada pero aunque tenía ganas de empujarla con toda la fuerza que tenía, se contuvo apretando los puños.

—¿¡Por qué no lo pueden entender!?

Frank estaba ahí y tenía esa cara triste porque era invisible para el resto; al menos estaba seguro de que no había perdido la cabeza porque Nikol y esa chica también podían verlo, lamentablemente no estaban ayudando en nada.

Rachel no hablaba y Nikol no le apoyaba lo suficiente, su triste argumento se ahogó entre los gritos de los demás.

—. Los quiero de regreso ahora

¡No! ¡No iba a irse!

—¡Suéltame tío! ¡Suéltame! —jaló de sí pero Dean le sujetaba con fuerza—. ¡No estoy jugando! ¡No miento! —se le escaparon las lágrimas—. Fran-… Frankie está…

Muerto, lo sabía.

—. Lo lamento.

—¡¡FRANKIEE!!

Pateó y el tío Dean casi le dejó caer, le sostuvo por la cintura pero sus piernas habían quedado hacía arriba y empujó sin pensarlo pegándole una patada en la cara sin querer. Escuchó el insulto del mayor cuando él cayó sobre su hombro y ahogó una queja pero nada de lo demás le importó, Frankie había prometido que no se iría pero acaba de salir huyendo y arrastraba a Nikol.

No era justo…

Minho gritó, le pareció que Juno también lo hacía pero aunque Castiel le intentó sujetar por el brazo salió corriendo en la misma dirección por la que Nikol y Frankie desaparecieron.

Iba a encontrarle, aún quería decirle muchas cosas.

—¡¡FRANKIEE!!  —gritó mientras corría—. ¡¡FRANKIEE!!  ¿¡DÓNDE ESTÁS!?

Maldijo limpiándose el sudor de la cara mientras buscaba entre la oscuridad, le había perdido la pista a Nikol y ahora estaba recargado en un árbol tratando de aguantar no morirse sin oxigeno. Juno estaba a un lado y Newt a otro.

—Voy a darle una lección cuando lo vea —no entendía que demonios estaba pasando por ese cerebrito para salir corriendo. De la nada escuchó los gritos de Rob y, antes de cualquier movimiento indicó a los otros dos que guardaran silencio.

—¡¡FRANKIEE!!  ¿¡DÓNDE ESTÁS!?

Con un gesto indicó a Newt que fuera por un lado y él se fue por el otro, ambos en silencio y con cuidado, el llamado no estaba lejano. Bordeó tras un árbol grueso y escuchó las ramas crujir bajo los pies del menor, sin pensárselo dos veces lo agarró por la espalda y, mientras pataleaba, Newt llegó por el otro lado también para sujetarlo.

—Demonios... —ese rasguño a la cara le dolió—. ¡quédate quieto pequeña molestia! —así es como solía llamarlo Frank cada que les tocaba perseguirlo y atraparlo cuando éste jugaba en el lodo y tenían que bañarlo—. Newt ¡jálalo bien!

¿Qué mierda estaba pasando? Rob estaba imposible, eso no era normal en él.

Rió también mientras se doblaba apoyándose en las rodillas, respiraba agitadamente y apenas y podía tragar aire. Lo miró y después sus manos, éstas le temblaban y en algún momento resbaló de su apoyo y tuvo que levantarse. Se sentía raro y sabía lo que pasaría.

—Eso fue estúpido capitán, ¿Sabías?

—Quizás —secundó la sonrisa y caminando hasta él le empujó y se apoyó sobre éste con las manos a los laterales de la cabeza rubia—. Nikol, ¿qué pasa si no regresamos? ¿Qué tal si nos perdemos siempre?

Su corazón palpitaba con fuerza y no podía dejar de mirarlo, había algo muy importante que tenía que decir, que recordar y estaba seguro que lo relacionaba a él.

Escuchó ruidos a lo lejos llamando, pero no le importó. De alguna manera encontraría la manera de hablar con Rob antes de marcharse, por ahora sólo...

—¿Vendrías conmigo? Dime que vendrías conmigo.

—¿Para siempre?... Eso es mucho tiempo.

Sonriente con las manos en el cabello de Frank, no pudo evitar imaginarse junto a él por siempre.

—¿Vendrías conmigo? Dime que vendrías conmigo.

Una voz en su cabeza le decía que era un enamoramiento tonto, que eso no era posible, tenía a sus padres, la escuela...

Pero la otra parte le decía: —Claro.

Y acercandose cerró la distancia entre sus labios casi por instinto.

La luna ya estaba roja en el cielo, su cuerpo estaba frio, sus pies llenos de tierra y todos los buscaban, pero lo único que le importaba era seguir junto al otro.

—¡¡NO ERES MI MADRE!! 

Le dirigió una mirada a Rob intentando por todas las fuerzas no soltarlo a pesar de lo que este decía. – Tienes suerte que no lo sea o ya tendrías la boca cocida. Te lo aseguro – cada vez que se batía para liberarse, Juno lo tomaba con más fuerza, aun no entendía porque decía lo que decía, pero no dejaba de asustarle. 

-Lo sabía. Lo sabía. Lo sabía – Fue lo único que la chica alcanzó a decir cuando observó a Dean y a Castiel llegar, odiaba que la regañaran y que otros fueran el motivo le hacía enojar más. Cuando llegaron, Newt iba con ellos, al parecer Minho y ella habían llamado la atención más de lo que se propusieron. Verlos llevar un arma a cada uno no tranquilizó a la muchacha. 

Atendió y quiso tomar de la mano a Nikol, para su sorpresa este había salido corriendo en dirección contraria. - ¡Nikol! ¡NO! – ¿qué pasaba con él? Se llevó una mano a la frente inmóvil muy cerca de donde le había visto correr.   Rob por otro lado había logrado huir tras de él, haciendo algo que no creía hasta el momento posible, derribar a Dean, estaban en problemas. Podía leerlo en el semblante del hombre cuando se levantó y Minho, Newt y Castiel les siguió sin decir una palabra.

Minho era bueno para dar órdenes siempre se lo recalcaba diciéndole mandón, no le impresiono cuando hizo gala de ese talento en el bosque. La maniobra que realizaron no necesito de su ayuda aunque Rob seguía moviéndose y había logrado alcanzar al asiático con un rasguño, por fortuna para él traía en su mochila banditas de Hello Kitty – Aun falta Nikol – pensó en voz alta, esperaba que Rob estuviera con él y temía que Castiel o Dean lo encontraran primero.

Le temía al bosque desde lo de Frank, lo evitaba. Aun así se internó corriendo y deteniéndose cada que escuchaba un ruido o un grito, acercándose en lo que creía  era la dirección. Era irónico ya que lo único que pensaba Juno era en lo útil que le resultaría Max en ese momento. 

Eso fue estúpido capitán, ¿Sabías? 

-¿Nikol? – El sonido de su voz iba aumentando. Se repetía que iba por buen camino, aunque siempre que se le ocurrían estas brillantes ideas hacía gala de increíble habilidad para perderse.
 
—¿Para siempre?... Eso es mucho tiempo

Estaba segura que se trataba de su voz aunque no podía verle. –Nikol basta de jugar a las escondidillas. – su voz debió sonar como una amenaza en cambio parecía un débil susurro que no sabía si el rubio llegaría a escuchar.

¿Qué tan lejos podrían haber ido?

Se detuvo y no tuvo tiempo para nada…

—¡No! ¡MINHO! —tenía los ojos llenos de lágrimas y nadie entendía, nadie quería escucharle y él no tenía tiempo de explicarles—. ¡¡DEJAME IR!! ¡¡DÉJAME!!

Los brazos del asiático le rodeaban por debajo de las axilas y cuando se empujó, dejándose resbalar para escabullirse, vió aparecer a Newt frente a él siguiendo las indicaciones de Minho; sabía que si el rubio llegaba a sostenerle no podría escaparse y lo decidió en un segundo, Frankie se lo había dicho una vez, que no debía de mirar fijo a Newt cuando éste cojeaba porque el chico se esforzaba en estar bien.

—¡No me toques! —chilló ante Newt, plantó un pie en el suelo y con el otro pateó secamente sobre el tobillo del rubio haciendo que el chico pegara un grito y perdiera el equilibrio.

Golpear a Dean había sido accidental, patear a Newt algo planeado.

—¡¡SUÉLTAMEE!! —el aferre de Minho se aflojó, quizás porque estaba distraído, y antes de esperar a que aplicara fuerza otra vez logró soltarse y volvió a correr sin mirar atrás.

No quería herir a Newt ni mucho menos que Minho y Juno se molestaran con él, tampoco quería que el tio Dean y Castiel castigaran a todos por su culpa pero se trataba de Frankie y si el chico iba a irse tenía al menos que hablar una última vez con él. Tropezó un par de veces y no supo cuando se raspó las manos pero el ardor estaba en éstas, lo sintió cuando las apretó en puño mientras decidía que camino tomar.

El bosque era igual hacia donde mirara y aún estaba muy arriba, fue entonces cuando vió a Juno pasar y escuchó esas voces.

—¿Vendrías conmigo? Dime que vendrías conmigo.

—¡Frankie!

Volvió a correr pero frenó cuando el límite del bosque se terminó, a uno a dos metros Frankie y Nikol se encontraban peligrosamente cerca del borde; sabía que había un camino muy escarpado hasta llegar abajo, que caer era fácil pero aún así avanzó.  

—Lo siento…

Había sido su culpa, todo lo era aún ahora.

El contacto con los otros labios era cálido, más de lo que recordaba. Suave, húmedo. Tenía un sabor dulce perdido entre todo el recorrido que le cosquillaba la nuca.

–Nikol basta de jugar a las escondidillas. -

Escuchó aquella vocecita pero la ignoró concentrándose en cerrar los ojos y sentir, presionando y apoderándose de un nuevo recuerdo que no estaba dispuesto en volver a soltar jamás. Había estado esperando decirle algo, algo importante. Por eso aguardaba esperando su llegada.

—Voy a decirle. Definitivamente voy a decírselo a Nikol.

—No creo que él vaya a negarse, si me lo preguntas.

—No juegues conmigo, no es gracioso.

—No, no lo es. Ya estoy hasta la mierda del desfile de ojos azules. ¿No puedes variar?

—Idiota.

—¿Te ves en un reflejo?

Escuchó más llamados y pasos, sabía que los encontrarían, era cuestión de tiempo. Pero... en su caso éste ya no existía. Cuando la luna bajara y los rayos del sol estuvieran, cuando ellos se marcharan, él volvería a desaparecer.

Se separó de Nikol y le miró ausente desde arriba. —¿Sabes cuál fue mi último deseo? —sonrió triste—. Habértelo dicho. Que tus ojos me gustaban, que tú me gustabas —Ya podía recordarlo, como cada noche lo pensaba sin saber cómo llegó a su mente. Y lo irritaba, y lo confundía.

Relamió los labios con inseguridad mientras se hincaba, llevando ambas manos a la cabeza con gesto frustrado, enojado. —¿Por qué la gente siempre debe esperar hasta el final para quererse dar cuenta? —Pero desde su panorama ahora era diferente, ahora lo sería gracias al otro—. Pero ya no importa, estás aquí.

—Lo siento…

Giró al escarpado, entre rocas su hermano menor bajaba. Aquello lo tensó un poco y dando dos pasos de manera apurada se detuvo, Rob había hecho lo mismo.

—Te he dicho que no vengas a aquí —aún falta un trecho para acercarse, uno peligroso que siquiera recordaba haber cruzado. Deslizó la mirada entre las rocas y se dio cuenta que a la derecha metros abajo estaba aquel árbol con el columpio. Nikol se había puesto a un lado de él, inevitablemente le tomó la mano—. Ya no lo hagas, ya no quiero verte —era sincero, detestaba ver cómo éste seguía pensándolo año tras año—. Ya no lo haré. ¿Comprendes eso?

Amaba a su hermano como a su tío, era justo dejarlo ir. Creó un gesto con el rostro para que se marchara. —Piérdete molesto salerito y salúdame a los demás.