Noche de acampar

Recuerdo del primer mensaje :

Un campamento suena genial, piensan, así que eso hacen. Malvaviscos, comida grasosa y azucarada, linterna y calzoncillos limpios es lo único que se requiere, aunque, en el caso del tío Dean... cerveza ¡mucha cerveza!

Es de noche, llevan de llegar dos días ahí. Un bosque arrullado por los sonidos de la naturaleza y exaltado por la mudez de estar lejos de la ciudad, a treinta metros un lago demasiado extenso. Y a muchos, muchos kilómetros, la civilización.


Tiempo de duración: Mes de Octubre.

—Te he dicho que no vengas a aquí

Apretó los puños porque ellos siempre habían hecho todo juntos y sus límites eran precisamente los mismos que Frankie tenía, pero pasó una mirada a la mano ajena que éste apretaba y supo que Minho tenía razón en eso de que las personas elegían a la pareja y abandonaban a los demás dándoles una patada.

—. Ya no lo hagas, ya no quiero verte

Pero Frankie era más que un amigo, era….

—Piérdete molesto salerito y salúdame a los demás.

Le abrazó sin importarle que Frankie estuviera sosteniendo la mano de Nikol o que se encontraran al borde de ese escarpado lugar, apretó bien el aferre y negó con la cara pegada al pecho ajeno porque no iba a dejarle ir y Nikol era un tonto si en lugar de retenerle aceptaba que se esfumara como si nunca hubiera existido.

—¡No quiero! —gruñó aferrando las manos al otro—. ¡No te vayas!

Frankie tenía que estar con ellos, merecía tener todo el tiempo del mundo para hacer todos esos planes de los que siempre hablaba.

—Sé que extrañas todo…

No podía hacer nada más si no sonreír.

—¿Sabes cuál fue mi último deseo?. Habértelo dicho. Que tus ojos me gustaban, que tú me gustabas

¿Último deseo?

—¿Por qué la gente siempre debe esperar hasta el final para quererse dar cuenta?. Pero ya no importa, estás aquí.

Le miró a la cara con una sonrisa confundida. No sabía como reaccionar... Cuando no se encontraron no le recordaba y ahora le gustaba y quería fugarse con él siempre.

Hasta donde sabía Frank era heterosexual... Bien podía ser una mala broma... Sacudió la cabeza de ideas pesimistas cuando escuchó a Rob y supo que se acercaba ¿Los habría visto? Pues si así fué no parecía importarle a ninguno de los dos, eso de alguna manera le reconfortaba un poco.

—. Ya no lo hagas, ya no quiero verte. Ya no lo haré. ¿Comprendes eso?

Frank estaba siendo algo brusco...

—¡No quiero!. ¡No te vayas!

—¿Irte? Denuevo?... Pero si te fuiste mucho tiempo — Miró a Rob, quién parecía dolido y apretó el agarre. ¿Por eso hablaba de acompañarle? ¿En verdad se irían? — ¿Que pasó?

Y esa pregunta englobaba todo, quería saber sobre su vida luego de ser amigos, de porqué dejó de aparecer repentinamente y a donde fué. ¡Y joder, que quería saber porque no le había dicho que le gustaba antes!

Frank, Juno, Minho y él habían crecido juntos por lo que Rob era realmente como un hermanito menor y en todos esos años jamás habían visto al chico hacer berrinche ni mucho menos armar un escándalo como ahora; Rob, incluso cuando era regañado, se quedaba muy quieto y callado mientras los ojos se le enrojecían.

Contrario a eso, parecía demente o poseído.

Minho apenas si podía sostenerlo y Rob seguía luchando como si alguno de ellos quisiera asesinarle; tenían que frenarlo antes de que se hiciera daño pero cuando se estiró para sujetarle las piernas…

Se vino abajo en seco.

… no supó qué o cómo pasó.

—¡¡ROB!! ¡DE-… —se dobló de dolor tratando, sin llegar a hacerlo, de apretarse el tobillo con ambas manos—. ¡¡HIJ-… —y también se tragó la retafila de insultos en la que mencionaría a Rob y a toda su familia.

Respiró hondo con las mejillas húmedas.

Sólo sentía dolor, agudo y penetrante, jaló aire ruidosamente con los ojos muy rojos y húmedos porque aunque imposible le parecía que el chiquillo acababa de aplastarle el pie entero con un mazo; con la vista nublada apenas si pudo fijarse en quién estaba a su lado, Castiel le había dado una mirada rápida y al ver que seguía entero sin mediar palabra siguió a Dean quien se perdió entre el bosque.

En ese momento detestaba a Rob aunque sabia que cuando el dolor se le pasara, porque esperaba que fuera rápido, volvería a estar preocupado.

—Mocoso —masculló un insulto por lo bajo, apretando la mandíbula.

No podía mover ni asentar el pie.

Los brazos le temblaron cuando los puso encima de los hombros de Rob, pero contrario a alejarlo, lo abrazó con fuerza presionando su cabeza contra él, se encorvó besando su cabeza y después descanso la barbilla mientras miraba a lo lejos como si viera algo venir.

—Pasó que a Cenicienta se le acabo el tiempo —rió bajo, algo andaba raro, después empujó a su hermano tan fuerte que éste cayó al suelo y le miró ausente desde arriba—, y la magia al hada madrina.

Ellos seguían ahí y era de noche, entrada pero no avanzada. Y él...

Ya no estaban en aquel lugar escarpado, volvía a estar frente al árbol con la soga y el columpio intacto por el tiempo; éste se mecía y creaba un silencio solitario con el viento. Nikol estaba justo parado al lado del enorme tronco y él, él estaba con el agua hasta media pantorrilla de pie mirando un cuerpo flotando.

Sonrió triste.

El joven tirando al agua e inconsciente era él, sangre le brotaba de una enorme herida a la cabeza y, pasos adelante a salvo en tierra, estaba otro cuerpo mucho más pequeño que también permanecía quieto sin movimiento alguno.

—Estuve ahí escuchando el sonido del agua sin poder moverme... hasta que se acabo.

Unas ramas crujieron, Rob consiente estaba también mirándolo, él se encontraba cerca de su propio pasado.

—Es tiempo que vivas el presente Rob, ya no eres un niño. Lo prometiste aquel día, que serías un gran corredor ¡el mejor del mundo! Así que espero que lo cumplas... —Extendió una mano hacia Nikol y le invitó a ir con él.